Horacio Quiroga dando su testimonio al programa "Periodismo para todos".
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el presidente de dos compañías petroleras del kirchnerista
Lázaro Báez, investigado en la Justicia por supuesto lavado de dinero. En 2013 dijo que el ex Presidente Néstor Kirchner le había dado US$ 7 millones a las empresas del empresario patagónico.
Quiroga tenía 65 años y un hijo de 10 años. Fue hasta noviembre de 2010 presidente de Epsur SA y Misahar SA, dos empresas de Báez dedicadas al petróleo que ganaron en 2008 concesiones en el sur de Argentina, pero que no habrían contado con fondos para llevar adelante las inversiones, según informó entonces la revista Noticias.
En 2013, fue citado por el juez Sebastián Casanello, que investiga a Lázaro Báez, por sus dichos a la revista Noticias, en los que afirmó que Néstor Kirchner envió a las petroleras siete millones de dólares en efectivo. "Era plata que nos mandó Kirchner para Lázaro Báez. Unos 7 millones de dólares. La contaron arriba de una mesa", dijo Quiroga en el reportaje.
"Llegan al quinto piso. Había una mesa, un escritorio. Tres tipos. Había siete millones: era el cálculo que teníamos de lo que iba a costar un pozo. Se la llevaron al Sur y no la contabilizaron. Era para contratar los servicios de una operadora de los pozos", dijo también al programa Periodismo Para Todos, conducido por el periodista trasandino Jorge Lanata.
En los tribunales de Comodoro Py en 2002, Quiroga declaró durante más de seis horas como testigo en la causa contra Báez por presunto lavado de dinero. Narró que en octubre de 2010 recibió en las oficinas de Austral Construcciones, en el sexto piso del edificio del pasaje Carabelas 241, a Osvaldo Sanfelice, el hombre de confianza de Kirchner en el Sur, que les anunció que llegaría el dinero. Y a los pocos días arribaron los US$ 7 millones y se contaron en las oficinas de Austral.
Previamente, Quiroga habló con La Nación en el estacionamiento del edificio judicial y, mientras subía en ascensor hasta el cuarto piso -donde está ubicado el juzgado de Casanello-, dijo que creía que Kirchner y Báez eran socios, informalmente al menos, mediante un formato habitual en el negocio petrolero, donde un empresario pone la tierra, y se lleva el 20%, el otro el capital, y se queda con el 80% de la ganancia.
Respecto de la situación de Báez, a quien Quiroga conoció mientras trabajaba en comercio bilateral con el Gobierno de Rusia, este último aseguró que el empresario trasandino "se enriqueció de manera escandalosa, de una forma imposible de justificar", por lo que aseguró que "tenía bien merecida" su detención.
"Tengo miedo por mi seguridad"
En 2013, tras dar las citadas entrevistas, Quiroga se reunió con la diputada Elisa Carrió, reconocida opositora de los Kirchner. En la cita, sostenida el 11 de septiembre de ese año, la parlamentaria contactó a un escribano para dejar constancia de todo lo conversado en la reunión, según consignó el diario Clarín.
Ahí, el ejecutivo le manifestó a Carrió que "tengo miedo por mi seguridad y la de mi familia" tras haber revelado el vínculo entre Lázaro Báez y el ex Presidente Kirchner.
Al día siguiente, la diputada se reunió nuevamente con Quiroga, instancia en la que llamó a un escribano (notario) para registrarlo todo y entregar el documento a la justicia.
De acuerdo al testimonio registrado por el escribano, Quiroga contó cómo conoció a Báez y aseguró que éste recibía órdenes e instrucciones del ex Presidente Néstor Kirchner, iniciando así una trama que al parecer, aún no tiene final.
