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Gloria Álvarez: Es hora de que Chile se haga preguntas duras y no se quede viendo cómo le cambian el país

De paso por nuestro país presentando su libro "El engaño populista", la politóloga guatemalteca habló con Emol de liberalismo, populismo y el futuro latinoamericano.

02 de Julio de 2016 | 09:00 | Por Ramón Jara A., Emol
SANTIAGO.- Gloria Álvarez llegó a Santiago el pasado domingo, justo durante la final de la Copa América Centenario entre Chile y Argentina. En medio de toda esa efervescencia, y sin entender mucho, esta politóloga y presentadora de televisión guatemalteca se vio en Plaza Italia con los miles de hinchas que celebraban el bicampeonato de la "Roja".

Pero su visita a Chile estuvo lejos del fútbol, sino que tuvo que ver más bien con política y la presentación de su primer libro, escrito en conjunto con el economista Axel Kaiser, "El Engaño Populista" (Ediciones El Mercurio, 2016), con actos en Santiago, Concepción y Viña del Mar. Un texto que nació luego de la viralización de un discurso hecho en un congreso en Zaragoza, en el cual Álvarez llamaba a combatir los populismos y usar las redes sociales como herramienta de lucha, que la puso en la escena pública.

Así, de los 140 caracteres pasó a un libro, el cual en sus propias palabras tiene una tapa "controversial", porque tras el "engaño populista" muestra a líderes de Latinoamérica y España, como Fidel Castro, Hugo Chávez, Evo Morales, Cristina Fernández, Michelle Bachelet y Pablo Iglesias. Según explica a Emol, se centraron en la izquierda porque "tiene una explicación cronológica".

"Nosotros quisimos primero explicar que esto es una estrategia regional, porque a veces cada cual está metido en su país y en sus propios problemas que no se ha dado cuenta que esto es una estrategia regional que trae una manera de manipulación cultural, social, económica y política que capitalizó Cuba en el 59 y que ahora se traslada al resto de la región", dice esta mujer integrante del Movimiento Cívico Nacional en Guatemala y que se define como "libertaria", ya que aboga tanto por la libertad económica como la individual.

Pero ante esto, según Álvarez, la derecha también tiene responsabilidad, "pues muy cobardemente le copió el modelo a la izquierda, porque se dieron cuenta de que era una manera muy fácil de ganar votos y de manipular, prometer y prometer. Y la derecha, pues, obviamente como no tiene en su concepción –a la hora de gobernar sí, porque al final gobierna igual de corrupta y fatal- esta idea de asistencialismo, el mecanismo populista que más usa es el insertar odio en la sociedad, dividirla".

- ¿Y cómo ves tú, en ese sentido, este cambio que se ha dado en países como Perú, Brasil y Argentina en los últimos meses?
Es que ese primer hartazgo social que capitalizó (Hugo) Chávez en 1998, 18 años después nos damos cuenta de que el continente no está más próspero y la gente no tiene más libertades y que todo lo que fue prometido no se dio. Así, lo que pasa es que la gente se harta, y cuando se harta se va hacia el otro extremo, pero lo que no hemos entendido en América Latina es que cambiando cabezas no cambiamos el sistema, porque nuestro problema es más profundo, va hasta la raíz de las constituciones latinas, que son altamente incongruentes: lo que te garantizan en un lugar te lo quitan en el otro, empezando por las libertades individuales. Entonces, el que crea que poniendo a Macri y quitando a los Kirchner, o quitando a Dilma y poniendo a otro se soluciona el problema, está muy equivocado.

- ¿Y cómo se llega, entonces, a solucionar esto?
Realmente, como latinos tenemos que seriamente pensar qué papel le queremos dar al Gobierno, porque lo que está pasando en Latinoamérica es que nos damos cuenta de que le hemos delegado al Gobierno seguridad, justicia, educación, turismo, cultura, deportes, el cuidado de los niños, todo, y ¿qué pasa cuando tú delegas muchas cosas? Pues que te pueden robar en muchos lugares. Entonces el latino viene y dice “es que no me gusta que me roben, pero tampoco estoy dispuesto a retirarle obligaciones al Gobierno, quiero que el Gobierno se encargue de todo, pero que no me robe". Y lo que nos damos cuenta es que el poder absoluto corrompe absolutamente y entonces seriamente como latinos nos tenemos que poner a pensar qué cosas le vamos a empezar a quitar al gobierno para realmente tener la capacidad de vigilarlo y en lo poco que haga bien, entonces irle dando.

- Se dice que los latinoamericanos no tenemos memoria, entonces, ¿cómo se logra para tratar de no volver a lo mismo?
Realmente nos falta mucho desarrollar empatía y entender la historia, porque nuestros gobernantes son muy hábiles en reescribirla. Entonces, cuando llega la derecha, borra lo que pasó con la izquierda, y cuando llega la izquierda te vuelven a borrar y lo permitimos, pagamos impuestos y permitimos que los libros de historia se reescriban a cada rato acomodando a lo que el dictador de turno quiera decir y como claro, fue electo democráticamente, pues todo es permitido. Entonces, sí tenemos que hacer un trabajo, o sea, date cuenta de que en Latinoamérica hay un desprecio por la ciencia, por la lectura, y eso distorsiona nuestra comprensión de la realidad, sobre todo en materia histórica.

-¿Se puede dar, entonces un giro al populismo de derecha?
Claro, porque el problema está en que si la gente busca soluciones fáciles a problemas difíciles, sólo va a ser cambios de maquillajes. Si nos vamos a ser superficiales vamos a regresar al péndulo de los 90, y eso es también lo que no puede volver a cometer la gente a la que llamamos "empresaurios" o "empresucios". Lo que en los años 90 hartó a la gente fue que el crecimiento fue un efecto embudo, donde sólo unos pocos se beneficiaron de monopolios y oligopolios. Sí, se abrió el mercado y hubo privatizaciones, pero no hubo un crecimiento y una prosperidad pareja.

"Entonces, si ahora se producen estos cambios y estos empresucios vienen y dicen 'uff listo, llegó Macri, ya está mi oligopolio salvado', entonces en el 2030 volvemos a tener otro atado social y cada vez es un péndulo donde no sólo los más pobres son los afectados; desaparece la clase media, los elementos de la sociedad se fugan a otras partes, o sea, con cada péndulo es mayor el abismo".

- ¿Qué rol juega Michelle Bachelet en esto? ¿Se le puede comparar con Gobiernos como el de Venezuela o el régimen cubano?
Acuérdate que esto es una estrategia y es como el mismo Manifiesto Comunista, que eran varios pasos. Obviamente Chile puede estar en un grado 2, Venezuela ya está en el 13 (...) Pero claro, Chile es de los países más institucionalizados, donde la República, donde el equilibrio de poderes y los derechos individuales más se han respetado en América Latina, entonces destruir un país como Chile es mucho más complicado que destruir un país como Nicaragua, donde no hay institucionalidad, no hay respeto a la vida, donde la propiedad privada depende de si eres mi amigo o no. Es mucho más difícil, pero no quiere decir tampoco que sea imposible.

"Chile está ante un reto muy grande, que es hacerse las preguntas duras, porque se les está hablando de una reforma constitucional. Yo el año pasado que vine y este año se sigue hablando de esta reforma, pero ¿qué es lo que hay que reformar en Chile?, porque yo estoy de acuerdo con que estuvo mal implementar libertad económica y no individual, estuvo mal pensar que un conservadurismo moral aliado a una libertad económica va a funcionar en el siglo XXI, pero ¿qué es lo que hay que reformar de la constitución chilena?, ¿qué es específicamente lo que no funciona en este país que se quiere cambiar? (...) Creo que es hora de que Chile se haga las preguntas duras y no se quede como espectador viendo cómo le cambian el país porque nos da pena", agrega.


Los liberales y la derecha


"Se vuelve mala palabra hablar del individuo, de su autonomía, de la autoestima, decir que los padres y las madres son los primeros responsables de la salud y la educación de sus niños porque ellos y no el Gobierno los trajo al mundo, es un pecado mortal", dice Gloria Álvarez a la hora de hablar de sus ideales y de criticar sin tapujos tanto a la derecha como a la izquierda, aunque hace su mea culpa.

- ¿Cómo ves acá el tema de la oposición?, que es una derecha que aboga por la libertad económica, pero no por las libertades individuales
Es que ese ha sido el gran pecado de los que somos libertarios, que abogamos por la libertad individual y por la económica, porque como somos minoría, nuestro aliado natural ha sido la derecha, porque es más difícil que te controlen la cama a que te controlen la billetera. Entonces, si me es más difícil que me controlen la cama, me voy con la derecha conservadora, porque al fin y al cabo, si soy homosexual o quiero consumir drogas, va a ser más permitido pero me tengo que ir con mi aliado natural que defiende la libertad económica, porque la otra alternativa es los que no quieren la libertad económica, pero que en la cama y todo lo demás me van a dejar hacer lo que yo quiera.

"Entonces, ha pasado que los libertarios nos aliamos a esa derecha conservadora y al final se impone la agenda de ellos, que es una agenda de mercantilismos, de oligopolios, de monopolios y donde no caben los millennials, porque los millennials, en teoría, no son racistas, no son homófobos, no son xenófobos. Para un siglo XXI, cuando uno dice igualdad de derechos y tal, esa derecha conservadora se queda obsoleta, y si los libertarios no capitalizamos nuestras ideas por aparte, pues entonces la izquierda gana".

- ¿Y qué puedes hacer para desmarcarte entonces de esa derecha?
Primero, ya no es necesaria su plata. Antes, por ejemplo, para hacer fundaciones tú tenías que ir a tocar la puerta de esos empresaurios, hoy por hoy las redes sociales son un quinto poder mucho más económico, llegas a más gente y tienes más resonancia, porque la gente ya probó la derecha, probó la izquierda, ambas robaron por igual, y nosotros somos la única alternativa que te dice que es incongruente que al niño le dejes el Play Station y los juguetes cuando te está haciendo berrinche y está sacando malas notas, y somos los únicos que al mismo tiempo te decimos que la gente tiene el derecho a tener la sexualidad, creencia que le dé la gana.

-¿Ves en alguna parte del mundo donde este tema libertario esté creciendo con más fuerza?
En las redes sociales. Si internet fuera un país, sería el país más libertario del mundo (risas) y si te das cuenta, en las redes sociales movimientos como Fundación para el Progreso o el Movimiento Cívico Nacional empiezan a cobrar auge y empieza a la gente a decir "esté o no de acuerdo, cada vez que pasa algo quiero saber qué opina esa persona", nos empezamos a volver de ser los locos deschavetados, de radicales utópicos, a gente que se nos empieza a tomar en cuenta.

- ¿Pero se nota ese cambio del dicho al hecho? Porque se habla mucho de estos 'revolucionarios de internet' que dicen una cosa pero no salen a la calle, no lo materializan.
Ese es el reto. Por ejemplo, yo en Guatemala uso las redes sociales para pasar a la acción. Vamos al Congreso con piñatas, ratas, cámaras y cuestiones de fumigación para fumigar el Congreso, o sea, hay que pasar de las redes sociales a la acción, y eso implica estudio, que es lo que al millennial no le gusta, porque es muy fácil decir en 140 caracteres "estoy harto", pero es más difícil tomar un libro y decir "ok, ya me decidí, lo que yo quiero en el Gobierno es esto pero no esto". Entonces ese trabajo todavía hay que hacerlo.

Argentina, Venezuela y las expectativas


"Constantemente la gente de Argentina se mete a mi página y me dice 'viste, votamos por Macri, te hicimos caso', o sea, yo fui a Argentina a poner un presidente. Luego me dicen 'ahora mira cómo nos está yendo: subió la inflación'. Y yo les digo que dejen de ver al Presidente como un mago que con una varita mágica sube y baja precios. Lo que Argentina está viviendo es una resaca de haber estado 15 años de parranda inflacionaria con una economía artificial que, claro, toca al otro día despertarse con el dolor de cabeza, deshidratado, y eso es lo que Macri está viviendo. La gente no lo entiende", dice respecto a la situación del país vecino.

-¿Y cómo le explicas eso entonces al argentino común que está sufriendo las alzas?
Cuando los despidos y paros eran en empresas privadas a nadie le importaba, nadie decía nada de que en Argentina se estaba produciendo 10 mil cabezas de ganado menos cada año, que se estaba cerrando 15 mil frigoríficos, que habían 20 mil personas en paro, sólo en el sector agrario, y a nadie le importaba. Pero ahora que se cierran oficinas de gobierno, se le toca el bolsillo al burócrata que luego salir a la calle y competir no le gusta tanto. Entonces, en una sociedad siempre va a haber gente que se para en sus propios pies y gente que se quiere parar en los pies de otros. Lo ideal es que nuestras constituciones garanticen que el que quiera pararse en sus propios pies lo pueda hacer sin que el otro lo esté jalando para abajo. Pero la gran diferencia, y yo siempre se lo digo a los socialistas, en un país donde hay libertad de mercado y derechos individuales, si tú y diez amigos peludos hippies tuyos se quieren ir a vivir a una montaña y vivir solo de lo que ustedes producen y no ser parte del mercado, no hay problema, eso es parte de la libertad. Pero si en un país socialista como Venezuela, con diez amigos se me ocurre montar una zona franca de libre comercio, me fusilan, entonces he ahí la diferencia.

-Y en el caso de Venezuela, ya que lo tocas, ¿cuál es el rol que juega Nicolás Maduro? Porque con Hugo Chávez si bien había una división, a Maduro todo se le salió de las manos
A Chávez le hubiera pasado lo mismo, simplemente se murió antes de ver los frutos de su cosecha, pero él hizo las semillitas y las semillitas siempre son las mismas (...) Hay un grave error en los venezolanos que dicen que Chávez era lo máximo y Maduro es fatal. A Maduro simplemente sin experiencia, sin tener el control, le tocó sufrir la cosecha que Chávez ya había sembrado y se le escapó de las manos. Y menos mal que se le escapó de las manos, porque como los commodities también bajaron, como bajó el precio del petróleo, ya no quedaba tanta plata para venir y repartir regalitos, entonces ahora se está sufriendo otra vez esta resaca.

- ¿Y qué es lo que tiene que hacer entonces la oposición venezolana para que no pase lo que pasó en otros lados si logran llegar al poder? Se puede crear una expectativa muy alta, como en Argentina…
Tiene que ponerse a estudiar y convencerse una vez por todas que lo que pasó en Venezuela es culpa del socialismo, porque el problema de la oposición venezolana es que es socialista. Fue tristísimo para mí escuchar a Lilian Tintori (esposa del encarcelado Leopoldo López) decir "yo quiero que Leopoldo salga de la cárcel, pero Leopoldo pertenece a la Internacional Socialista, el partido es socialista y creemos en el socialismo" (…) Toda la oposición es socialista, entonces si tienes una mala copia del socialismo y tienes el original, pues obviamente vas a votar por el original, o sea, entre chavistas y oposición prefiero lo rojo, lo de verdad. Eso es como escuchar a la esposa de un judío que pide a gritos que lo saquen de un campo de concentración pero que te dice "nuestro partido es nazi-demócrata y somos nazis". Entonces si la oposición venezolana no se entera que el socialismo es lo que está mal, van a fracasar rotundamente.
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