PARÍS.- Los atentados terroristas que se cometieron en Francia el pasado año y más en concreto el ataque contra Bataclan no se habrían podido evitar pese a diferentes amenazas conocidas, según la comisión de investigación parlamentaria, que hoy presentó propuestas para estar mejor preparados de cara al futuro.
"Impedir los ataques habría supuesto que los magistrados instructores y los agentes de los servicios de inteligencia hubieran guardado personalmente en la memoria todos los objetivos mencionados por los terroristas en sus declaraciones", señaló el ponente de la comisión, el diputado socialista Sébastien Pietrasanta.
En 2009 varios detenidos por su implicación en un atentado mortal en El Cairo dijeron que se había planeado una acción contra esa sala de conciertos de París, pero las investigaciones no dieron con pistas que lo confirmaran. Los tres yihadistas que atacaron el Bataclan mataron a 79 personas e hirieron de gravedad a varias decenas de los asistentes al concierto el 13 de noviembre en una noche en que hubo en total 130 víctimas mortales.
En términos globales, los seis meses de trabajo de la comisión, durante los que sus miembros entrevistaron a jueces, policías, abogados, equipos de socorro y víctimas, no pusieron en evidencia que se cometieran grandes fallos en la gestión anterior o posterior a los ataques yihadistas de enero y de noviembre en París.
"El riesgo cero no existe y siempre es fácil volver a escribir la historia cuando se conoce el fin", señaló Pietrasanta, que no obstante reconoció que hubo errores y lamentó en particular los problemas en "la comunicación entre diversos países europeos".
Así se refirió a la huida en la madrugada del 14 de noviembre de Salah Abdeslam, el único de los autores de los atentados actualmente entre rejas, que escapó a Bruselas pese a un control de los gendarmes galos antes de atravesar la frontera, porque Bélgica no había incluido en el fichero que era sospechoso de terrorismo.
También aludió a los atentados de enero de 2015, entre ellos el ataque a la revista Charlie Hebdo, y en particular al caso de Amédy Coulibaly, que asesinó a una policía y luego a varios clientes de un supermercado judío, y que no estaba siendo objeto de vigilancia por los servicios secretos pese a que poseía historial.
Nuevas medidas
Entre las 39 propuestas, también destaca la de crear un verdadero servicio de información penitenciaria dotado de más personal que permita un seguimiento de sujetos radicalizados y relacionados con el terrorismo. En esa línea, se sugiere limitar la atribución automática de beneficios penitenciarios a quienes cumplen penas por terrorismo.
Los parlamentarios apuestan por fusionar las tres unidades de intervención de elite, entre las que se ha constatado una cierta rivalidad, aunque admiten que su acción en los ataques de 2015 pusieron en evidencia su "eficacia".
En cuanto al estado de emergencia decretado inmediatamente después de los atentados del 13-N -y que se ha ido prolongando al menos hasta el próximo 25 de julio-, se consideró que ha tenido "un alcance limitado", a la vista de que los especialistas de la lucha antiterrorista no creen que sus medidas hayan sido relevantes.
