SANTIAGO.- El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, emitió este martes su último discurso ante la 71° Asamblea General del organismo y criticó duramente al Gobierno sirio y a quienes han "patrocinado" la guerra asegurando que "tienen sangre en las manos".
"Muchos grupos han matado a muchos inocentes, pero ninguno más que el Gobierno de Siria, que sigue lanzando barriles explosivos en barrios y que sistemáticamente tortura a miles de detenidos", aseveró la máxima autoridad de las Naciones Unidas en la apertura de la cita diplomática en Nueva York.
"El futuro de Siria no debería radicar en la decisión de un solo hombre", añadió en relación al Presidente sirio, Bashar al-Assad.
De paso, Ban Ki-moon, quien asumió su cargo en 2006, criticó a todos quienes han participado de la guerra en el país de Medio Oriente, asegurando que también son responsables por las miles de muertes civiles. "Los patrocinadores poderosos que siguen alimentando la máquina de guerra también tienen sangre en las manos", aseveró.
"Hoy en esta sala hay representantes de gobiernos que han ignorado, facilitado, financiado, participado o incluso planeado y ejecutado atrocidades infligidas por todas las partes del conflicto sirio contra civiles", agregó.
En ese sentido, fue enfático en rechazar el ataque - al que tildó de "repugnante, salvaje y aparentemente deliberado"- recibido por un convoy de ayuda humanitaria de la ONU que fue enviado a Siria este martes, justo cuando se había puesto fin a la tregua de siete días acordada por Rusia y Estados Unidos,
"Naciones Unidas se ha visto obligado a suspender las ayudas por este ataque (...) "Los trabajadores humanitarios que entregaban ayuda eran héroes. Aquellos que les bombardearon son cobardes", sostuvo.
Así, insistió en que "no hay solución militar" a la situación en Siria y llamó a las potencias a unir las fuerzas en busca de una "transición política". "Insto a todos los que tienen influencias a que pongan fin al combate y comiencen las negociaciones", sentenció.
El ex canciller de Corea del Sur terminará su mandato en la ONU este año, luego de estar una década en el cargo. Su sucesor sería definido en octubre.
