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A un año de los atentados en París: Las heridas tras la masacre que conmocionó a Francia y al mundo

El 13 de noviembre de 2015 el EI atacó restaurantes, un estadio de fútbol y una sala de conciertos, dejando 130 muertos. Hoy, en medio del miedo, el blindaje policial y una investigación, los ciudadanos intentan superar una de las peores noches para el país.

12 de Noviembre de 2016 | 09:01 | Por Valentina Salvo U., Emol
SANTIAGO.- El 13 de noviembre de 2015 a las 21:15 horas, una explosión se sintió en las cercanías del Estadio de Francia en el barrio de Saint Denis, al norte de París. Más tarde se registraron tiroteos y al menos tres detonaciones más en el centro de la capital francesa. El saldo fueron 130 personas fallecidas, más de 350 heridos.

Este domingo se conmemora el primer aniversario de aquel fatídico día en que se realizaron ataques a bares, restaurantes, el entorno de un estadio de fútbol y una sala de conciertos.

Pero Francia no ha vuelto a ser la misma. Las principales ciudades del país permanecen completamente blindadas por la policía; grupos nacionalistas y antiislam han tomado impulso y han logrado consagrarse como una fuerza política importante en la nación; y el miedo se ha hecho constante ante la posibilidad de que grupos extremistas como el Estado Islámico vuelvan a tomar alguna de las ciudades en sus manos.

Y es que las heridas del ataque del 7 de enero de 2015 al semanario Charlie Hebdo aún permanecían abiertas, cuando sólo meses más tarde el terror yihadista se apoderó de la capital francesa con ataques simultáneos y causó la peor masacre que ha afectado a Francia en las últimas décadas.

Lo que se sabe de la investigación


Según la investigación llevada a cabo por la policía y los centros de inteligencia franceses, los ataques habrían sido perpetrados por nueve hombres repartidos en tres comandos que ingresaron al país desde Bélgica. Uno de ellos se dedicó a perpetrar los tiroteos en bares y restaurantes donde murieron 39 personas.

Este comando estaba compuesto por tres hombres. Entre ellos el belga Abdelhamid Abaaoud, de 28 años, considerado el cerebro de las operaciones. Él, junto a otro de los miembros de dicho grupo, murieron cinco días más tarde en medio de un allanamiento policial en un departamento del barrio de Saint Denis. El tercer integrante era el francés Brahim Abdeslam, quien se hizo estallar en un restaurante.

Brahim era el hermano de Salah Abdeslam, un francés de 27 años, cuyo rol esa noche sigue siendo un misterio. Hoy está detenido tras permanecer prófugo al menos cinco meses. Está acusado de participar en la preparación de los ataques y de trasladar a los kamikazes. Supuestamente renunció en el último minuto a accionar su cinturón de explosivos, pero hasta ahora se ha negado a hablar.

El segundo comando era el del Stade de France, donde murió una persona, pero que causó el pánico de miles que se encontraban disfrutando del partido de fútbol entre las selecciones de Francia y Alemania, entre ellos el Presidente Francoise Hollande. Fueron tres hombres, dos de los cuales eran iraquíes que llegaron de Siria en medio de la ola de refugiados. Todos fallecieron ese día.

Por último, estaba el comando del Bataclan, donde fueron acribilladas 90 personas cuando se presentaba la banda de rock Eagles of Death Metal. Estaba compuesto por tres franceses que estuvieron en Siria, quienes murieron a manos de la policía, tras permanecer dos horas atrincherados y con rehenes en la sala de conciertos.

Nombres de otros colaboradores de los ataques han sido revelados durante los últimos meses, algunos han sido detenidos y otros sólo permanecen con orden internacional de captura.

Difícil recuperación


Mientras las investigaciones avanzan y comienzan a dar frutos, la ciudad europea aún no se recupera de aquella trágica noche. A pesar de los intentos por retomar el turismo en su capital y disipar el miedo en sus residentes, en el último año la región parisina perdió dos millones de visitantes.

Las pérdidas se estiman en cerca de mil millones de euros y podrían alcanzar 1.500 millones para finales de año, según Frédéric Valletoux, presidente del comité regional de turismo. Las esperanzas por retomar la normalidad estaban puestas en la Eurocopa 2016, no obstante, el atentado en Niza del pasado 14 de julio mantuvo constante la amenaza terrorista.

Además, desde el 13-N, policías y militares han pasado a formar parte protagonista de la vida de los ciudadanos franceses. Unos 100 mil agentes de seguridad fueron desplegados en todo el país. Los colegios también reforzaron su seguridad y ahora pasar por un detector de metales ya es común a la hora de entrar al cine, una tienda o un museo. En ese sentido, algunos incluso alegan que las libertades individuales han disminuido en el país.

Por último, el miedo y la amenaza ha sido caldo de cultivo para ideologías nacionalistas y antimusulmanas. Rostros como la líder del partido Frente Nacional Francés, Marine Le Pen, se han vuelto populares comparando, por ejemplo, las oraciones musulmanas callejeras con la ocupación nazi.

Aún cuando la recuperación se ha vuelto difícil, los franceses continúan intentado volver a la normalidad. Una muestra de ello es la reapertura del Bataclán, que este sábado 12 de noviembre volverá a recibir a cientos de personas que disfrutarán de un emotivo concierto de Sting, en el marco de la conmemoración del primer año de los atentados que más ha remecido a Francia.

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