SANTIAGO.- En su visita a Chile, el demógrafo e historiador Hervé Le Bras analizó el renacer del nacionalismo y de los movimientos anti establishment de mano de las realidades electorales que se viven en Estados Unidos, con la elección de Donald Trump, y los futuros comicios en Francia, que tienen como candidata a la presidenta del Frente Nacional (FN) Marine Le Pen.
El especialista en migraciones sostuvo, en entrevista con El Mercurio, que los casos de Estados Unidos y Francia no son tan similares como parecen.
"En Francia, los candidatos de derecha sueñan con tener el mismo éxito de Trump. Pero su situación es muy distinta, porque Trump estaba fuera del establishment político y Sarkozy está en la política desde que tenía pantalones cortos. En el caso de Marine Le Pen, es casi lo mismo", explicó.
Señaló que en Francia, el grupo más potente de la derecha está en el centro y el Frente Nacional representa a la extrema derecha. El magnate estadounidense, no obstante, reunió un espectro más amplio del electorado.
Inmigración como tema político
Según Le Bras, en Francia la inmigración se estableció como un tema político en 1984. Antes que eso, "la xenofobia era tan importante como ahora, pero no tenía consecuencias políticas".
El historiador explicó que se empezó a generar un malestar en la población debido a los cambios provocados más bien por la globalización que por la inmigración, y que perjudicó a las economías locales. "Había un cambio de la población que venía de la misma Francia, pero que no eran locales", sostuvo.
Por eso, manifestó que "los electores del Frente Nacional no son racistas. El FN es para ellos un medio para expresar su malestar (...) La idea es que las personas que votan por él tienen esperanzas de que su situación cambie (...) Ahí sí existe un punto común con los votantes de Trump".
El muro de Calais
La construcción de muros es un tema que se repite tanto en Estados Unidos como en Francia. Pero Le Bras hace una distinción. "Es un problema paradójico, porque en Calais los refugiados quieren irse de Francia. Uno, porque muchas veces sus familias están en Inglaterra o en Canadá; dos, hablan inglés, y tres, pueden encontrar trabajo en Inglaterra", comentó, mientras que Trump prometió el muro en la frontera con México para detener la entrada a los inmigrantes.
"El muro no para al inmigrante, sólo lo retrasa y sí lo puede matar. De hecho, el único muro importante que ha existido en Europa fue el que dividió a Alemania. Fue eficaz, porque las policías tiraban en contra de los que pasaban y los mataban", expresó.
Le Bras comentó que en Francia los inmigrantes desean integrarse y lo hacen, muchas veces incluso casándose con franceses. Los hijos de estas parejas o de inmigrantes del medio oriente han levantado preocupaciones en el país, por ser, según ellos, más susceptibles a ser reclutados por el Estado Islámico.
"Si se toma el conjunto de Francia, los inmigrantes de países musulmanes y sus hijos son, aproximadamente, 2 millones 800 mil personas. De ellas, 1 millón 600 mil se dicen musulmanas y sólo un tercio va a la mezquita una vez al mes. Por ende, hay 500 mil practicantes. Y 10% son del ala más rigurosa de la religión. Hay cerca de 1.500 que han partido a Irak y Siria. El problema para Francia es que, por esos 1.500 que se van, ¿vamos a dificultar la vida a los 2 millones 800 mil que vienen de países musulmanes? Si se toman medidas vejatorias para todos ellos, serán mucho más de 1.500 los que se irán", declaró Le Bras.
Izquierda vs. Derecha
Consultado respecto a la similitud que están tomando los grupos más extremos de derecha e izquierda en cuanto a la inmigración, el demógrafo apuntó que "hay un movimiento general contra la apertura de las fronteras. Se ve un sentimiento general de falta de raíces, de nostalgia, y los norteamericanos y los europeos no entienden cómo funcionan sus países".
"Hay un fracaso político en EE.UU. y en Europa. Una parte del fracaso es no haber sabido luchar contra las desigualdades. Y otro error, particularmente en Francia, es que la clase política se ha transformado en una casta", argumentó Le Bras. Pone el ejemplo de la familia Bush y Clinton en Estados Unidos y de Hollande, Sarkozy y la misma Le Pen en Francia.
"La carrera política no debiera ser algo hereditario, pero se ha transformado en eso. Por eso se relaciona el rechazo a la política con el triunfo de Trump. Muchos ven en él que es posible cambiar las reglas del juego. Claro que puede ser muy peligroso, pero es tal vez la única forma de cambiar las reglas que se han transformado en una especie de prisión de la política", puntualizó.
