WASHINGTON.- Cerca de 200 ex generales norteamericanos firmaron una carta para oponerse a la práctica de la tortura por parte de Estados Unidos, algo que el Presidente electo, Donald Trump, alguna vez contempló restablecer.
La carta fue firmada por 176 oficiales generales, que en su totalidad reúnen "más de 6.000 años de experiencia profesional". La publicación se realizó este martes por el New York Times, al mismo tiempo que en el Senado comienzan las audiencias de los futuros miembros de la administración Trump.
Durante su campaña electoral, el millonario declaró que si era elegido, restablecería la tortura e "iría más allá de la simulación de ahogamiento" (submarino), técnica utilizada por la CIA bajo la presidencia de George W. Bush.
Desde su elección parece haber cambiado de opinión, luego de una reunión con el general James Mattis, prestigioso jefe militar y combatiente en Irak, a quien designó ministro de Defensa. Trump dijo estar "muy sorprendido" cuando el militar le explicó que "un paquete de cigarrillos y dos cervezas" sirven más que la simulación de la inmersión para hacer hablar a los sospechosos.
En la carta con fecha del 6 de enero, publicada en su totalidad por el medio norteamericano, los generales afirman que "la tortura no es necesaria". "Basados en nuestra experiencia, sabemos que las técnicas de interrogación legales (...) son las más eficientes para obtener informaciones fiables", escriben.
"La tortura es contraproducente porque debilita nuestra seguridad nacional, aumentando los riesgos para nuestras tropas, complicando la cooperación con nuestros aliados, y alejándonos de las poblaciones cuyo apoyo necesitamos", agregaron.
La carta fue firmada por varios jefes militares que se destacaron en la lucha contra extremistas en Irak y Afganistán, como el general Stanley McChrystal o el almirante William McRaven.
