SANTIAGO.- La ola de frío azota Europa. Temperaturas que han alcanzado los 30 grados bajo cero han dejado a su paso más de 80 personas fallecidas en el Este, Centro y Sur del continente. Pero quienes mejor lo saben son los miles de refugiados que se encuentran a la espera de una respuesta a sus solicitudes de asilo, y que han visto recrudecer sus condiciones junto con la caída de la nieve.
Polonia, Italia, Rusia, Turquía y Rumania son algunos de los países azotados por el fenómeno climático. En Bulgaria, los cuerpos de dos migrantes clandestinos iraquíes fueron hallados congelados en un bosque del monte de Strandja, cerca de la frontera con Turquía. Además, un solicitante de asilo afgano de 20 años fue encontrado muerto por hipotermia en el norte de Grecia. En total serían cinco los migrantes fallecidos producto de las heladas.
El territorio griego, hasta donde han llegado más de un millón de personas de Siria, Irak y Afganistán en los últimos dos años, es una de las zonas más afectadas debido a las intensas nevadas, que hace años no cubrían la costa del mar Egeo.
La llegada de la nieve ha hecho todavía más complicadas unas condiciones que ya eran muy difíciles", afirmó Roland Schoenbauer, portavoz de la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) en Grecia, a la BBC, al describir la dura situación que viven los migrantes desde el comienzo de la temporada de invierno.
La postal también es crítica en ciudades de Italia, que este año se ha convertido en la ruta predilecta y que ha recibido 179 mil solicitantes de asilo. En tanto, en Belgrado, alrededor de 2.000 refugiados duermen en edificios abandonados cerca de la estación de trenes a falta de espacio en los centros de recepción.
Según ha advertido Unicef, al menos 23.700 niños refugiados viven hoy en los distintos campamentos de Grecia y los Balcanes. Todos ellos, entre los que se encuentran varios recién nacidos, están expuestos a graves enfermedades respiratorias, infecciones y a sufrir de hipotermia producto de la falta de resguardo.
"Los riesgos de salud que afrontan los niños no se deben solo al frío, sino también a la difícil situación que sufren los refugiados y migrantes, víctimas de la incertidumbre y los retrasos en sus procesos de solicitud de asilo", dijo Basil Rodrigues, asesor regional de salud de UNICEF para Europa Central y del Este. "Están en un ‘limbo’ que repercute en su salud, agravando su sufrimiento".
El organismo de la ONU dedicado a los menores asegura que la masificación y el aislamiento en el que viven estos niños, “hacen que los refugios sean especialmente insalubres, y facilitan que las enfermedades respiratorias se extiendan rápidamente cuando llega el frío”. Por su parte, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha alertado que ya comenzó la temporada de gripe en Europa.
Representantes tanto de Acnur como de Unicef han responsabilizado a las autoridades de los países europeos por cerrar sus fronteras y abandonar a su suerte a miles de personas que actualmente permanecen varadas en los centros de acogida entre países como Serbia y Hungría.
Así, el llamado es a reubicar a gran parte de los refugiados en casas prefabricadas y galpones que los ayuden a afrontar las bajas temperaturas, pues aún siguen durmiendo en carpas de plástico y lona, sobre la nieve, poniendo todas sus esperanzas de sobrevivir en una fogata.