La ministra de Seguridad del Gobierno argentino, Patricia Bullrich.
El Mercurio
BUENOS AIRES.- El gobierno de Argentina defendió este lunes los cambios en sus controles migratorios, destinados a evitar que entren en el país extranjeros con antecedentes penales, y cuestionó las quejas de Bolivia que consideraban que se trata de políticas discriminatorias que condenan la inmigración.
La ministra de Seguridad del Gobierno de Mauricio Macri, Patricia Bullrich, consideró que "hay un ruido de parte de Bolivia" que "no es consistente ni con sus decisiones políticas ni con sus leyes".
"Con Bolivia veníamos hablando mucho de la necesidad de trabajar el narcotráfico en ambas fronteras. Todo lo que entra sale. Es importante una colaboración de parte de ambas autoridades migratorias y de las fuerzas policiales para combatir el narcotráfico", remarcó la jerarca.
Estas afirmaciones se producen el mismo día en que está previsto que Bullrich se reúna con una delegación boliviana encabezada por el presidente del Senado, José Alberto Gonzales, y el ministro de Desarrollo Rural y Tierras, César Cocarico, llegada a Buenos Aires para conocer los detalles de los cambios en la ley de inmigración argentina y las condiciones de vida de los ciudadanos bolivianos en el país vecino.
Esta visita se produce luego de que el Ejecutivo argentino aprobase un decreto que modifica la ley migratoria con el fin de acelerar los procesos de deportación y prohibición de ingreso en el país de extranjeros que hayan cometido delitos graves.
La controversia se encendió cuando Bullrich vinculó en una entrevista el aumento del narcotráfico en Argentina con la inmigración de paraguayos, peruanos y bolivianos.
Reunión de mandatarios
Este lunes se conoció que los Presidentes de Bolivia y de Argentina se reunirán antes de junio para abordar la agenda bilateral, según anunció el embajador argentino Normando Álvarez, en medio de los desacuerdos migratorios entre ambas naciones.
El diplomático argentino, que se reunió con el canciller boliviano, Fernando Huanacuni, consideró luego de la cita que "hay que calmar las aguas (...), discutir seriamente" las diferencias por el endurecimiento de la política migratoria argentina.
En el marco de esa relación, Álvarez reveló que Macri invitó a Morales, un apasionado del fútbol, a presenciar el 16 de abril en Buenos Aires el clásico entre River Plate y Boca Juniors.