El Gobierno envió cerca de 1.200 militares a patrullar la ciudad de Vitória. No obstante, las muertes han seguido incrementándose.
Reuters
VITÓRIA.- Más de 120 personas han fallecido en la última semana debido a una ola de violencia en el estado brasileño de Espirito Santo, debido a una protesta policial que ya cumple una semana.
La capital del estado, Vitória, continúa semiparalizada por la ausencia de la Policía Militar, que dejó de patrullar las calles desde el sábado debido a una protesta organizada por sus familiares para exigir mejoras salariales.
La falta de policías generó una ola de violencia, con tiroteos, saqueos y asaltos a mano armada en la ciudad, ubicada a unos 520 kilómetros de Río de Janeiro en el sureste del país.
Un sindicato policial cifró en al menos 121 el número de muertos hasta ahora, según el portal brasileño "O'Globo". Pese a que el Gobierno central envió a unos 1.200 militares para patrullar las calles, el escenario es de extrema tensión, sobre todo en la región metropolitana de la Gran Vitória.
El transporte público debió parar su operación y los colegios suspendieron sus clases, a causa del clima de inseguridad.
En la madrugada terminó sin éxito una primera reunión entre representantes del Gobierno regional y familiares de los policías paralizados. Debido a que las leyes prohíben a la Policía Militar formalmente hacer huelgas, sus esposas y otros familiares organizaron las actuales protestas, bloqueando las entradas de los cuarteles para impedir que los agentes salgan a patrullar.
La Policía Militar pide un incremento salarial pendiente desde hace siete años, explicó Maluma Pereira Jordao Roepke, la esposa de un policía militar que participa en las protestas. "No quieren dar el aumento", dijo Jordao Roepke tras las reuniones. "La paralización continuará", agregó la portavoz.
Los representantes del Gobierno también se mantuvieron en su posición después de que se venciera en la mañana de hoy un plazo para que los agentes retomaran sus labores. "La mesa de negociaciones pierde sentido", dijo el secretario de Derechos Humanos de Espirito Santo, Julio Pompeu, al canal Globo News. Espirito Santo sufre serios problemas de financiamiento debido a la crisis económica en Brasil.