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Alejandro Toledo, de Presidente humilde con Doctorado a prófugo de la Justicia por millonarios sobornos

El ex Mandatario, que siempre se jactó de su origen y de ser un hombre común de Perú, hoy tiene una orden de captura internacional por presuntamente haber recibido 20 millones de dólares en sobornos de Odebrecht.

10 de Febrero de 2017 | 20:35 | AFP
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La llegada de Toledo al poder fue visto con esperanza por los peruanos, tras la salida de Fujimori.

El Comercio
LIMA.- Alejandro Toledo, el "cholo" pobre con Doctorado en Stanford que se convirtió en Presidente de Perú en 2001, es buscado hoy bajo acusaciones de corrupción, el mismo delito que mantiene a su antecesor, Alberto Fujimori, en la cárcel.

"Mi cholo es sano y sagrado", dijo alguna vez su esposa, Eliane Karp, sobre el economista que, a fines del 2000, enarboló la bandera de la democracia y lideró la oposición contra Fujimori, quien renunció desde el extranjero en medio de un escándalo de corrupción.

Pero ahora es Toledo el acusado, por presuntamente recibir 20 millones de dólares de la empresa brasileña Odebrecht para favorecerla con la construcción de una carretera. Tras haber dejado el país, la justicia activó su búsqueda y captura a nivel internacional.

Nacido el 28 de marzo de 1946 en una zona de extrema pobreza, la localidad andina de Cabana, región Ancash, a casi cuatro mil metros de altitud, el líder fue pastor de ovejas y ayudó a su madre en el alumbramiento de por lo menos tres de sus quince hermanos.

Aún niño, bajó de Los Andes a la costa y se asentó en el puerto norteño de Chimbote, donde trabajó como vendedor de caramelos, diarios y lustrador de botas.

"Doctorado en pobreza extrema"


Desde la escuela pública peruana dio el salto a la Universidad de San Francisco, donde se graduó en 1970, para luego obtener un Doctorado en Economía en Stanford y trabajar en el BID y el Banco Mundial.

Toledo se decía orgulloso de sus humildes orígenes. "Tengo el Doctorado en Economía en Stanford, pero lo más importante es que tengo el Doctorado de la pobreza extrema", suele recordar cada vez que se le presenta la ocasión.

El ex Mandatario se jactó siempre de su rostro de "cholo" o "serrano", del hombre común en Perú, con el que miles de peruanos se identificaron y sobre el que centraron sus esperanzas, desvanecidas con el transcurso de los años.

Pese a que durante su gestión (2001-2006) la economía peruana creció sostenidamente, otros aspectos empañaron su legado.

Para justificar el dinero recibido a través de empresas off shore para la compra de inmuebles en Perú –presumiblemente con dinero de Odebrecht, según Fiscalía–, Toledo aseguró que eran ingresos de una indemnización a su suegra, una judío-belga, por el holocausto nazi. La afirmación fue rápidamente desmentida por su ex vicepresidente, David Waisman, miembro de la comunidad judía.

"A él le fluye la mentira", asegura Waisman, quien recientemente le dijo a Toledo: "Si tienes que irte adentro porque eres culpable, púdrete adentro (en la cárcel)".

Toledo está casado con la antropóloga franco-belga Eliane Karp, a quien conoció en San Francisco y con quien tiene una hija, Chantal. Pero durante su gobierno se vio confrontado a un escándalo por no reconocer como hija a Zaraí, una chica que en aquel momento tenía 14 años, y a la que después de varios meses finalmente aceptó como suya.
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