SANTIAGO.- La noche del martes, el Presidente Donald Trump brindó su primer discurso ante el Congreso de Estados Unidos, donde reafirmó los aspectos más importantes de su plan de gobierno y enfatizó en las directrices que tomará en los próximos meses.
En su alocución, el Mandatario reucurrió a un tono menos confrontacional que en ocasiones anteriores y se refirió a diversos temas como la inmigración, la lucha contra el terrorismo y el desarrollo económico, generando diversas reacciones.
De este modo, la ceremonia no estuvo exenta de un sinnúmero de hechos que permiten entender el contexto de lo ocurrido el martes y analizar también la realidad política actual de Estados Unidos.
Moderación en el discurso
Desde el primer día que asumió la Presidencia, Donald Trump dejó claro que no cambiaría el tono agresivo de sus intervenciones, manteniendo así el estilo polémico que lo caracterizó durante su campaña electoral y que finalmente lo llevó a la Casa Blanca. Es por eso que lo primero que sorprendió de la ceremonia del martes fue la moderación del discurso del gobernante.
Así, en una intervención que no dio pie a improvisaciones, el jefe de Estado se mantuvo apegado al teleprompter, ofreciendo un discurso mucho más "amigable" que su recordada alocución durante la ceremonia de investidura del pasado 20 de enero.
No obstante, esto no fue impedimento para que Trump mantuviera sus convicciones y recalcara su convicción de "devolver Estados Unidos a los estadounidenses".
El nacionalismo marcado
Dicho esto, el carácter nacionalista del discurso ofrecido por el magnate en el Congreso fue una tónica y marcó de inicio a fin la ceremonia. Esto quedó reflejado en frases que enfatizaron una nueva era y una renovación del "orgullo nacional" estadounidenses.
"Un nuevo orgullo nacional está barriendo el país. Y una nueva oleada de optimismo está colocando sueños imposibles firmemente a nuestro alcance", afirmó, agregando que "somos testigos de una renovación del espíritu estadounidense".
Así, enfatizó que "mi trabajo no es representar al mundo. Mi trabajo es representar a los Estados Unidos".
Inmigración y lucha contra el terrorismo
Fueron temas centrales durante su campaña y también se tomaron el discurso del martes. Y si bien el Mandatario intentó matizar sus palabras en estos aspectos, dejó bien en claro que tendrá "mano dura" en temas como la inmigración y la lucha antiterrorista.
"Creo que una reforma migratoria real y positiva es posible, siempre que nos enfoquemos en tres objetivos: mejorar los trabajos y los salarios de los estadounidenses, reforzar nuestra seguridad nacional y restaurar el respeto por nuestras leyes", recalcó, manteniendo siempre su discurso nacionalista.
Y respecto al terrorismo, Trump no escatimó palabras para decir que pidió al Departamento de Defensa desarrollar un plan "para destruir al Estado Islámico". Esto claramente va de la mano con sus promesas de campaña, donde responsabilizó al ex Presidente Barack Obama del auge de este grupo yihadista.
Las ovaciones en la jornada
Con un Congreso mayoritariamente republicano, Trump recibió diversas ovaciones durante su intervención, con un público que varias veces se levantó para aplaudir al Mandatario, mientras desde el lado demócrata todo era seriedad y escepticismo ante el discurso.
Pero la ovación más grande de la noche no se la llevó el Presidente, sino que Carryn Owens, viuda del marine estadounidense Willian "Ryan" Owens, quien falleció durante un operativo militar en Yemen el pasado 29 de enero.
Los aplausos, que se extendieron por cerca de un minuto y medio llegaron luego de que Trump mencionara a Owens, asegurando que "murió como vivió, como un guerrero y un héroe, luchando contra el terrorismo y por la seguridad de nuestra nación".
Esto emocionó a la viuda, quien se encontraba en las tribunas con la hija del magnate, Ivanka Trump. No obstante, este gesto hizo recordar los cuestionamientos del padre del soldado, Bill Owens, quien rechazó reunirse con el Presidente cuando recibió los restos del marine y esperaba expresar sus condolencias a la familia.
La protesta demócrata
Pero obviamente que no todo fue positivo para Donald Trump. Detrás de todo el discurso optimista que ofreció hay una fuerte resistencia de la oposición, que cuestiona su ideología y sus propuestas que rayan con el racismo. Y así quedó demostrado en la ceremonia de anoche.
Fue así como las congresistas demócratas
acudieron vestidas de blanco, como clara señal de rechazo y resistencia a Trump, recordando a aquellas mujeres que décadas atrás exigieron el voto femenino en las elecciones estadounidenses.
Pero ese no fue el único acto "simbólico" de la oposición. A lo ya mencionado hay que agregar que los demócratas llegaron el Capitolio de inmigrantes y refugiados, al mismo tiempo una de las respuestas oficiales del partido al discurso de Trump fue en español.
La encargada de hacerlo fue la activista Astrid Silva, con un discurso claro: "Trump nos está devolviendo a las épocas más oscuras de nuestra historia: criminalizando a cualquiera que es diferente, poniéndonos en contra los unos de los otros, y mandando el mensaje equivocado al resto del mundo, así ayudando a fomentar el enfado y odio de grupos terroristas hacia nuestro país".
Así, los demócratas enviaron un mensaje claro, tal como lo dijo su nuevo líder Tom Perez: quieren ser "la peor pesadilla" de Trump.
