EMOLTV

Tillerson viaja a Rusia y enfrenta su primer gran desafío como secretario de Estado de EE.UU.

En un escenario de alta tensión por la guerra en Siria, deberá aprovechar su antigua amistad con Moscú para revertir el quiebre entre ambas potencias, que según el Kremlin, viven su peor relación desde la Guerra Fría.

11 de Abril de 2017 | 10:42 | Por Valentina Salvo U., Emol
imagen
AP (archivo)
SANTIAGO.- El secretario de Estado de EE.UU., Rex Tillerson, llegó este martes a Moscú para enfrentar su primer gran desafío como el máximo representante de la diplomacia estadounidense.

En medio de un escenario marcado por las disputas internacionales, Tillerson buscará convencer a su par ruso, el canciller Sergei Lavrov, de que el Kremlin debe desistir de su alianza con el Presidente sirio Bashar al-Assad y optar por mantener las buenas relaciones con Estados Unidos. Pero no lo tiene fácil.

La escalada de tensión comenzó tras el presunto ataque químico perpetrado por el Ejército sirio en la provincia de Idlib, en el que murieron más de 80 personas. Como repuesta, EE.UU. bombardeó una de las bases aéreas del régimen, en el que fue su primer ataque directo contra las fuerzas de Al-Assad.

El ataque estadounidense desató la furia de Moscú, aliado estratégico del Gobierno sirio, quien ha optado por enfrentarse a la alianza europea-norteamericana.

Con su visita, Tillerson deberá encontrar la forma de restablecer las buenas relaciones con el Gobierno de Vladimir Putin que, hasta ahora, marcaban el liderazgo del recién asumido Presidente de EE.UU., Donald Trump.

Cercanía con Rusia

Este será un desafío lleno de significado para el secretario de Estado. Durante su gestión como presidente ejecutivo de la empresa petrolera Exxon Mobil, Tillerson mantuvo una relación especialmente cercana con Rusia y con Putin.

Su cargo lo llevó en reiteradas ocasiones a firmar provechosos negocios con empresas estatales rusas y a establecer, así, un vínculo con el Mandatario. Incluso, en 2013, Putin lo condecoró con la medalla de la Orden de la Amistad, un galardón entregado originalmente por la Unión Soviética y que hoy premia a quienes han contribuido con el desarrollo económico o diplomático del país.

Por ello, su nombramiento como jefe de la diplomacia estadounidense causó especial satisfacción en el Kremlin, que proyectó que con Trump a la cabeza y Tillerson a cargo de las relaciones internacionales, la potencia norteamericana daría más de un paso para acercarse a Moscú.

Peores relaciones

No obstante, esa relación le ha costado la desconfianza de diversos sectores políticos en su propio país. Algo que estos días ha intentado disipar, dando cuenta de una postura endurecida contra Moscú y haciendo énfasis en la responsabilidad rusa en el bombardeo con agentes químicos de la semana pasada.

"Rusia se había comprometido a asegurar que los arsenales químicos sirios fueran destruidos. Pero no lo ha hecho y ha permitido el ataque", dijo. "No podemos dejar que esto ocurra de nuevo", agregó.

Pero para la misma diplomacia rusa, el ataque contra la base del ejército sirio por parte de Trump y las duras palabras de Tillerson contra Rusia, solo responden a una estrategia del Gobierno norteamericano para imponerse a sus detractores.

Este lunes, la Cancillería rusa expresó que las relaciones entre Moscú y Washington viven su momento "más difícil desde la Guerra Fía", pero responsabilizaron a la gestión del ex Presidente Barack Obama.

Con ello, dieron luces de esperanza de que las relaciones entre ambas naciones puedan mejorar, aunque afirmaron que esperan que en su visita que se extenderá entre este 11 y 12 de abril, Tillerson entregue una explicación por el ataque a la base siria y a sus advertencias en contra de Corea del Norte.

"Rusia no va a renunciar a sus legítimos intereses y sólo aceptará cooperar de igual a igual (...) Pero estamos abiertos a un diálogo de lo más sincero sobre cualquier cuestión de la agenda bilateral e internacional (...) la parálisis es inaceptable a tenor de la responsabilidad de nuestros países para sostener la seguridad internacional", aseguraron en un comunicado.

Así, a pesar de que la estrecha amistad con Moscú le había traído a Tillerson más cuestionamientos que halagos, esta vez podría significar viento a favor en la difícil misión que le espera.