SANTIAGO.- Son casi 47 millones de ciudadanos los que están llamados a votar en la celebración de la segunda vuelta presidencial en Francia. El centrista Emmanuel Macron, claro favorito según las encuestas, se enfrentará en las urnas a la ultraderechista Marine Le Pen, cuya candidatura ha logrado ser más popular de lo que se esperaba y que preocupa al resto de los países de la Unión Europea.
Ambos lograron superar la primera vuelta, considerada una de las más reñidas del último tiempo en el país europeo. El representante del movimiento En Marcha! logró adjudicarse el 24,1% de las preferencias el pasado 23 de abril, mientras su rival, la aspirante del partido ultranacionalista Frente Nacional, obtuvo un 21,3%.
De forma sorprendente, los dos dejaron atrás a los postulantes de los principales partidos políticos franceses, el Partido Socialista y Los Republicanos, además de apartar de la carrera presidencial a otros siete candidatos.
Esta vez, Macron está más confiado. En el sondeo publicado por el instituto Ipsos Sopra-Steria para el centro de investigaciones de la universidad SciencesPo (Cevipof), el ex ministro de Hacienda de 39 años, obtiene un 59% de las intenciones de voto. En tanto, la eurodiputada de 48, se queda con el 41% de las preferencias.
¿Cómo funciona?
Los primeros en votar serán los ciudadanos de las Antillas francesas, en Guayana (América del Sur), en San Pedro y Miquelón (archipiélago francés de América del Norte) y en la Polinesia francesa (Pacífico sur), que lo harán este sábado.
En tanto, los 66.546 colegios electorales que participarán de los comicios de el domingo 7 de mayo, tienen previsto abrir sus puertas a las 08:00 hora local (03:00 horas en Chile). Permanecerán disponibles, en su mayoría, hasta las 19:00 horas (14:00 de Chile). Sin embargo, en las ciudades con mayor cantidad de población, las mesas cerrarán una hora más tarde.
Esta vez y al igual que durante la primera vuelta electoral, los centros de votación contarán con especiales medidas de seguridad, considerando que Francia aún se mantiene en estado de alerta excepcional producto de la serie de atentados ocurridos en París y Niza, que han dejado un saldo de 239 fallecidos en dos años.
Por ley, los resultados se comenzarán a conocer recién una vez que se concrete el cierre de todos los centros electorales a lo largo del país, que pueden permanecer abiertos por un máximo de 12 horas continuas desde su apertura.
Tenso cierre de campaña
Los días previos al balotaje, la tensión se tomó la campaña electoral. La semana estuvo marcada por el duro enfrentamiento entre los candidatos al Palacio de Elíseo, en el marco del último de los debates presidenciales. Un evento clave para convencer al alto porcentaje de indecisos.
Entre acusaciones cruzadas de xenofobia, por parte de Macron, y de "ser candidato de las finanzas" desde el lado de Le Pen, ambos aspirantes fueron elevando poco a poco los insultos y descalificaciones a lo largo de la emisión, protagonizando una de las discusiones electorales más ásperas de los últimos años en el país.
En ese mismo contexto fue que la postulante euroescéptica, hija de un histórico representante de la extrema derecha, replicó una información que había estado circulando en las redes sociales. En medio del debate, Le Pen se hizo parte de las acusaciones contra el heredero del actual Gobierno, al insinuar que éste contaba con cuentas "offshore" en paraísos fiscales. Acusaciones sin fundamento que le costaron ser duramente criticada, y que provocaron que Macron interpusiera una querella.
Indecisión y abstención
Uno de estos dos candidatos gobernará Francia por los siguientes cinco años y deberá enfrentar el desafío de liderar un país altamente polarizado, con la constante preocupación por la amenaza terrorista y con aún mayores niveles de disconformidad política.
Precisamente, dicho desencantamiento se refleja en la aprobación con la que cuenta el actual Presidente, François Hollande, que ha llegado a niveles inéditamente bajos: solo un 4% apoya su gestión. Lo mismo explicaría la popularidad de Le Pen, que habría aprovechado el desdén de sectores de la derecha para superar al candidato tradicional conservador, François Fillon, en la primera ronda.
Las evaluaciones ciudadanas respecto al balotaje, no son muy diferentes. Un 70% de los franceses se han declarado "insatisfechos"con los resultados del pasado 23 de abril y por ende con la competencia de los dos candidatos disponibles para esta ocasión.
Además, diversos institutos demoscópicos han anticipado un descenso de la participación si se compara con la pasada elección. De acuerdo con una encuesta realizada por la televisión "BFMTV" el 68% concurría a las urnas, diez puntos menos que en la primera vuelta; mientras que otro sondeo cifra la participación en un 76%.
Porcentajes que podrían estar influenciados por el llamado de los adeptos del ex candidato de izquierda radical, Jean-Luc Mélenchon -que obtuvo un 19% de los sufragios en abril- a no ir a votar.
De todas formas, la campaña ha finalizado y Francia deberá escoger cuál es el camino que desea seguir a partir del próximo 14 de mayo, cuando finalice el mandato de Hollande y el octavo Presidente de la V República sea investido.
