MADRID.- El Partido Socialista Obrero Español (PSOE) eligió el domingo al dirigente Pedro Sánchez para que vuelva a liderar la agrupación, un resultado con el que será más difícil para los conservadores del gobierno reunir el apoyo que necesita en el parlamento para aprobar sus iniciativas.
Sánchez ha prometido tomar una postura firma frente a las políticas del gobernante Partido Popular (PP), las que se caracterizan por ser más amigables con el mercado y buscar reducir el déficit.
El dirigente llevará a los socialistas un poco más hacia la izquierda y los pondrá en oposición directa al PP, aumentando la posibilidad de que no se logren mayorías en el parlamento para reformas clave, algo que el primer ministro Mariano Rajoy advirtió que desataría una nueva elección general.
"El PSOE va a hacer una oposición útil (..) va a hacer lo indecible por cambiar el rumbo del país", dijo Sánchez en la sede madrileña del partido tras conocerse su victoria.
El dirigente había sido expulsado en octubre pasado después de que se negó a abstenerse en un voto para romper un estancamiento legislativo de nueve meses y evitar una tercera elección después de dos votaciones que no fueron concluyentes.
El partido ha tenido que demostrar su relevancia en un parlamento dividido entre las políticas de derecha del PP y las de Ciudadanos, amigables con los mercados, por una parte y las de izquierda de ala dura de Podemos por la otra.
Los socialistas han sufrido el mismo destino de muchos de sus pares izquierdistas en Europa, donde las campañas han sido distorsionadas por líderes populistas de distintas partes del espectro político, dejando su base fracturada y en busca de una identidad.
En España, parte de ese cambio político se debió a la llegada de la agrupación antiausteridad Podemos, que comenzó como un movimiento de bases contra las políticas del PP durante la larga crisis económica.