SANTIAGO.- A solo cuatro días de las elecciones parlamentarias en el Reino Unido, la Primera Ministra británica, Theresa May, pisa hoy un terreno totalmente inestable. Tres atentados en tres meses, una campaña electoral más bien discreta e incluso solicitudes de dimisión, han debilitado la solidez de la que presumía y han comenzado a disolver el favoritismo que la mantenía segura.
Hasta hace algunas semanas, aunque sus enemigos la acusaban de tener poca altura de miras, todos coincidían en destacar su laboriosidad y competencia, tanto en la época en que estuvo al frente del Ministerio del Interior (2010-2016), como en sus primeros meses en Downing Street tras la renuncia del ex Primer Ministro David Cameron.
Pero dicha reputación que le valió el sobrenombre de "Nueva Dama de Hierro" y el favoritismo en la carrera por el liderazgo del país, se ha visto opacado por sus cambios radicales de postura, las críticas a los recortes que impuso a la policía en años de austeridad y por el inesperado despegue de la candidatura del líder laborista Jeremy Corbyn.
Las distancias entre May y el subestimado Corbyn se han recortado drásticamente. Si la brecha a favor de la Primera Ministra alcanzaba 20 puntos porcentuales al comienzo de la campaña, hoy su ventaja se reduce a 9, según un promedio de las últimas encuestas. Una luz de alerta tanto para la propia jefa de Gobierno, como para sus pares conservadores.
Terrorismo
Una de las causas a las que se atribuye esta baja tiene que ver con los últimos tres atentados terroristas que han afectado a las ciudades de Londres y Manchester, y que han dejado al menos 35 personas fallecidas en total.
Si bien, tradicionalmente los partidos de derecha se han beneficiado electoralmente del miedo al terrorismo, May podría replicar la situación sucedida en España en 2004. Aquella vez, a tres días de que se concretaran los comicios generales, una serie de explosiones a la red de trenes de Madrid dejó 190 personas fallecidas y más de dos mil heridos. Todos esperaban el triunfo del Partido Popular (derecha), pero fueron los socialistas quienes arrasaron con los escaños, en parte producto de las acusaciones del oficialismo contra la ETA, grupo que no había perpetrado el ataque.
Pero además, May deberá hacerse cargo del debate instalado en la opinión pública sobre los recortes en materia de seguridad concretados cuando se desempeñaba como ministra del Interior, en el marco de las políticas de austeridad aplicadas en el país. Tras el último de los ataques en la capital inglesa, hay quienes no le perdonan dicha medida y han llegado, incluso, a solicitarle que se haga a un lado y que ponga fin definitivo a su estadía en Downing Street 10.
Su rival electoral, Jeremy Corbyn, es uno de los políticos que ha respaldado esta petición, luego de criticar duramente a May. "Nunca debimos haber recortado el número de policías" dijo en entrevista con la cadena de televisión ITV.
Un rival subestimado y críticas
Cuando May convocó las elecciones, a mediados de abril, los laboristas estaban en su peor momento en las encuestas. Corbyn estaba bajo asalto por todos los costados, por sus ideas radicales o por su pacifismo, debilitado por los cuestionamientos al interior de su partido generados por dirigentes que creían que era imposible ganar unas elecciones con él al frente.
La Primera Ministra no podía soñar con un mejor oponente. Así, concentró su campaña en su fortaleza para conducir y llevar a buen puerto las negociaciones del Brexit, y en afirmar que su rival "no está a la altura" para concretar un acuerdo con la Unión Europea que favorezca al Reino Unido.
Pero Corbyn, de 68 años de edad, frustró el pronóstico. Ha demostrado ser un adversario duro, fuerte y convocante, liderando una campaña de proximidad sobre temas que afectan de cerca a los votantes como la salud, el bienestar social y la desigualdad. Precisamente esa falta de cercanía con los electores y el rechazo a la confrontación con Corbyn al no aceptar participar en debates son dos de las reticencias que ha generado la campaña de May, de 60 años.
Pero además, ha sido cuestionada por los constantes giros de opinión, como cuando tuvo que rectificar una de las medidas de su programa que preveía aumentar la contribución de los ancianos a su asistencia social, provocando alarma; o cuando aseguró que por ningún motivo adelantaría las elecciones legislativas, ante la insistente solicitud de algunos políticos, y posteriormente terminó por ceder y convocarlas para este 8 de junio.
Los cambios de opinión de May dieron pie a una canción titulada "Liar, Liar" ("Mentirosa, mentirosa"), del grupo Captain Ska, que ya está en el cuarto lugar de las listas de ventas del Reino Unido y que, junto con las encuestas, llega como un balde de agua fría para la jefa de Gobierno que creía tener las elecciones ganadas.