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Elecciones en Reino Unido: Las cinco razones del descalabro electoral de Theresa May

Una campaña "catastrófica", frialdad y falta de astucia política, son algunas de las causas que según analistas podrían haber provocado que los conservadores perdieran la mayoría absoluta en el Parlamento.

09 de Junio de 2017 | 09:31 | AFP
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EFE
LONDRES.- Este jueves, la Primera Ministra del Reino Unido, Theresa May, vivió uno de sus peores días. Tras realizarse las elecciones legislativas adelantadas, convocadas por ella misma para consolidar el respaldo popular de su Gobierno, los conservadores perdieron la mayoría absoluta y quedaron a la deriva de alianzas políticas para poder conformar un nuevo gobierno.

En las propias palabras de varios diputados conservadores, una de las causas de este revés electoral, es que May hizo una campaña "catastrófica". A continuación te contamos cuáles son las cinco razones por las cuales a la Primera Ministra nada le salió como había previsto.

1.- Falta de perspicacia política

May debería haber desconfiado cuando convocó estas elecciones anticipadas en abril, tres años antes de la fecha prevista. Sobre todo, después de haberse comprometido a no acortar la legislatura. Así al menos lo han asegurado varios analistas que intentan dar una explicación para el que resultó ser un autogol de la jefa de Gobierno.

Es cierto que en aquel momento todos los indicadores eran positivos y los sondeos pronosticaban una gran victoria sobre los laboristas, pero la historia ha demostrado que se trata de un ejercicio peligroso. Los conservadores británicos ya habían convocado elecciones anticipadas en 1974, que perdieron contra el Partido Laborista.

Y más recientemente, el predecesor de May, David Cameron, también estaba convencido de que ganaría el referéndum sobre la salida de la Unión Europea que organizó en 2016. Se vio obligado a dimitir cuando se impuso el Brexit. "Era una apuesta y Theresa May la ha perdido. Esto plantea dudas sobre su perspicacia política", considera Mike Finn, politólogo de la universidad de Warwick.

2.- Una vuelta de chaqueta

El programa de los conservadores, divulgado a media campaña, incluía una medida muy impopular sobre la financiación de los tratamientos médicos de las personas mayores, bautizada "Dementia Tax". La indignación fue inmediata y cuatro días después May tuvo que dar un giro dramático.

Pero el mal estaba hecho: la Primera Minista fue acusada de cambiar de opinión continuamente, cayó en los sondeos y no logró transmitir su mensaje basado en el Brexit.

"Theresa May ha echado a perder su campaña, y me quedo corta. El mensaje que transmitió fue lamentable y el giro sobre los tratamientos de las personas mayores catastrófico", comentó la diputada conservadora Ann Soubry, que fue reelegida por escaso margen.

3.- Atentados y austeridad

Los tres atentados terroristas que ensangrentaron el Reino Unido desde marzo recentraron la campaña electoral en torno a la seguridad. Es tradicionalmente un punto fuerte para los conservadores.

No obstante, los laboristas supieron poner el acento en la política de austeridad y los recortes presupuestarios de la derecha, que redujo en al menos 20.000 los efectivos policiales, en seis años. Pese al perfil pacifista de su líder, Jeremy Corbyn, el Partido Laborista anunció que crearía 10.000 nuevos puestos de policía, entre otras promesas presupuestarias rechazadas por May y su formación.

4.- No a los debates

Desde el inicio de la campaña, May anunció que se negaba a participar en cualquier debate televisivo, y se limitó a responder dos sesiones de preguntas con un periodista y el público.

La oposición aprovechó la ocasión para denunciar su "falta de agallas" y su "debilidad". Especialmente con motivo de un debate surrealista que reunió prácticamente a todos los líderes de los principales partidos, en el que May fue atacada por todos los flancos sin poder responder.

Por ello, la "Nueva Dama de Hierro" perdió gran credibilidad entre los ciudadanos británicos, quienes además ya le reprochaban provocar que tuvieran que concurrir a las urnas por tercera vez en los últimos dos años. Para justificarse, la primera ministra explicó que prefería "dialogar con los electores", sin embargo, en la práctica, ello tampoco ocurrió.

5.- Falta de calidez

El problema es que May también esquivó a los electores, organizando mítines pequeños, mientras que su rival Jeremy Corbyn comparecía una y otra vez frente a miles de personas. Algo que sus mismos compañeros de partido cuestionaron.

Muchos electores la criticaron por su frialdad y su falta de empatía. Pésima oradora, May se contentó con repetir una y otra vez los mismos mensajes, con un tono monótono, sin lograr cautivar a los electores.

Rod Liddle, cronista del diario Spectator, un semanario político afín a los conservadores, lo describe sin tapujos. "Theresa May tiene la calidez, el humor, la elocuencia y el encanto de un congelador (...) lleno de crepes en estado de descomposición", sentenció.