CANCÚN.- La 47ª Asamblea General de la OEA concluyó este miércoles sin que los críticos del gobierno de Nicolás Maduro consiguieran aprobar una resolución sobre la crisis en Venezuela.
Estados Unidos y otras delegaciones, incluida la del anfitrión México, promovían la creación del denominado "grupo de contacto" para mediar en una eventual negociación entre el gobierno y la oposición en Venezuela, en momentos en que se recrudece la crisis en el país sudamericano tras dos meses y medio de protestas que han dejado 74 muertos.
La opción era incluir este "grupo de contacto" en una resolución relativa a derechos humanos o presentarla de forma individual ante la Asamblea, pero por cuestiones de procedimiento y falta de consenso tuvo que ser retirada.
El canciller mexicano Luis Videgaray, quien presidió la Asamblea, rechazó en conferencia de prensa que se tratara de un fracaso pues 20 países del organismo reclamaron al gobierno de Venezuela "que considere la ruta que ha tomado, que libere a los presos políticos, que respete el calendario electoral, el equilibrio de poderes".
"Tal vez no haya la formalidad de una resolución como nos hubiera gustado ver, pero lo que hay es un mensaje muy claro, que debe ser escuchado en las calles de Caracas (...) va dirigido a aquellos que están en la calle arriesgando su vida", insistió Videgaray.
El lunes, 20 países respaldaron en una denominada "sesión de consulta" al margen de la Asamblea un proyecto de resolución que contemplaba el "grupo de contacto", pero requería 23 votos de 34 naciones.
Los votos no se consiguieron, reconoció Videgaray, porque países del Caribe, que reciben petróleo venezolano en condiciones preferenciales, cambiaron su voto de último momento.
De haberse planteado en la Asamblea General en el resolutivo de derechos humanos, hubieran bastado 18 votos pues las decisiones se toman por mayoría simple pero tampoco hubo consenso.
La opción para seguir abordando el caso Venezuela es la "sesión de consulta" de cancilleres, dijo Videgaray, que se mantiene abierta de manera indefinida, aunque no existe fecha ni lugar tentativo para que se realice.
En tanto, el Vaticano consideró que la Constituyente pone en peligro el futuro democrático de Venezuela e instó a un diálogo acompañado por un grupo de países.
En una misiva remitida a la OEA, el arzobispo Bernadito Auza, observador permanente de la Santa Sede ante las Naciones Unidas, afirmó que la decisión de Maduro de convocar una Asamblea Constituyente "hace peligrar el futuro democrático del país".
También dijo que "una negociación seria y sincera entre las partes (...) sería la única vía de salida a la grave crisis en que se ve inmerso el país", señaló Auza en la carta.