14 de julio: un sonriente Macron asiste al desfile militar mientras De Villiers se muestra serio. Las relaciones ya estaban quebradas.
AFP
PARÍS.- El Presidente francés, Emmanuel Macron, afrontó este miércoles una de sus primeras crisis políticas por la dimisión del jefe del Estado Mayor del Ejército, general Pierre de Villiers, con quien ha mantenido un pulso público durante una semana por los recortes previstos para cumplir en 2017 los compromisos de déficit.
El general De Villiers formalizó su renuncia por considerar que con la disminución de fondos anunciada para este año no se ve capaz de mantener el "modelo de ejército en el que creo para garantizar la protección de Francia y de los franceses".
El Gobierno adelantó a comienzos de mes que en 2017 el Ministerio de Defensa recibirá 850 millones de euros menos de los esperados (cerca de 979 millones de dólares), dentro de la reducción presupuestaria total de 4.500 millones anticipada para respetar la meta de un déficit inferior al 3% del Producto Interno Bruto (PIB).
La polémica tuvo su punto alto el pasado 12 de julio, día en que De Villiers compareció ante la comisión de Defensa de la Asamblea Nacional. Ahí, el uniformado lamentó los recortes, asegurando que éstos dificultan las misiones militares francesas tanto en el país europeo como en el extranjero, destacando las tropas en Irak y Siria.
Pero además, y según filtraron algunos de los diputados presentes en esa reunión privada, el general expresó en un duro lenguaje su decepción por las promesas electorales incumplidas, asegurando que no tenía intención de que le "jodieran una vez más".
Esto generó el inmediato enojo de Macron, quien al día siguiente reaccionó haciendo uso de su autoridad en un encuentro con la cúpula militar la víspera de la Fiesta Nacional.
"Soy su jefe", les dijo. "Sé cumplir los compromisos que he asumido ante nuestros ciudadanos y ante nuestro Ejército. Y no necesito ninguna presión ni ningún comentario".
Y agregó: "Lo que me gusta es el sentido del deber, el sentido de la discreción que ha llevado a nuestro Ejército a ser lo que es hoy. Y lo que a veces encuentro difícil de tolerar en algunos sectores, todavía lo tolero menos cuando se trata de nuestra fuerzas armadas".
Con esto, las relaciones entre De Villiers y el Presidente francés estaban quebradas, lo que quedó registrado durante la parada militar del 14 de julio, donde ambas autoridades compartieron vehículo. Así, mientras Macron saludaba a todos los presentes, el rostro serio del uniformado lo decía todo.
Esa misma jornada, el diario publicó un artículo del entonces jefe del Estado Mayor, donde reiteraba sus críticas a la reducción presupuestaria, recalcando que "nuestra libertad de acción ya sufre por ello".
Y la respuesta de Macron llegó días después, el pasado domingo: "Si hay algo que me oponga al jefe del Estado Mayor, el jefe del Estado Mayor cambia", dijo al Journal du Dimanche. El mensaje ya era claro: De Villiers debía irse.
Ahora, será el general François Lecointre quien lidere el Estado Mayor tras el conflicto. Habrá que ver si su relación con el Mandatario será igual de tensa.
