SAN ANTONIO.- Impacto causó el caso de diez personas que murieron sofocadas al interior de un camión donde eran trasladadas, en un presunto intento fallido de tráfico de migrantes en Estados Unidos.
Hoy se conoció, en base a documentos judiciales del caso, que las personas atrapadas tomaban turnos para poder respirar a través de un hoyo en la pared del camión y que daban golpes a la estructura para llamar la atención del conductor, quien no les hizo caso.
Según indicó uno de los sobrevivientes, tras cruzar la frontera entre México y Estados Unidos, los llevaron hacia el camión que los iba a dejar en San Antonio, Texas.
De acuerdo a los antecedentes, los pasajeros estuvieron bien en la primera hora del trayecto, pero luego comenzaron a tener problemas para respirar. Esto debido al intenso calor que había al interior del camión (la temperatura en el exterior era de 38°C) y a que no tenían agua.
El camión fue hallado estacionado ayer en una tienda de Walmart, en San Antonio, a pleno sol. Allí fueron rescatados 30 migrantes que estaban encerrados, y se hallaron ocho cadáveres de personas que habían muerto sofocados por el calor. Dos personas más fallecieron en el hospital. Hoy se conoció que uno de los fallecidos era guatemalteco.
Las autoridades dijeron que las víctimas podrían aumentar porque otros 20 rescatados están en malas condiciones, muchos de ellos con deshidratación extrema y síntomas de insolación.
El jefe de los bomberos de San Antonio, Charles Hood, detalló que las víctimas "estaban muy calientes al tacto" y que "no había indicios de que tuvieran agua en el remolque".
Había menores de edad entre las personas que iban en el camión
Algunos de los sobrevivientes dijeron a las autoridades que procedían de México y, al parecer, cuatro eran menores de edad, y tenían entre 10 y 17 años.
Los fiscales presentaron este lunes cargos contra el conductor del vehículo, James Matthew Bradley Jr., de 60 años, por transportar a los inmigrantes para obtener ganancias comerciales, con resultado de muerte de personas.
El sujeto dijo a las autoridades que el camión había sido vendido, que lo estaba trasladando de Iowa a Brownsville y que desconocía que hubiera personas dentro hasta que se estacionó y salió a orinar.
Después de escuchar los gritos y los golpes, dijo que abrió la puerta y se "sorprendió cuando vio correr a personas hispanas".
Bradley dijo a los investigadores que sabía que el sistema de refrigeración del camión no funcionaba y que los cuatro hoyos de ventilación posiblemente estaban tapados.
Se trata de uno de los peores casos de contrabando de inmigrantes registrado en Estados Unidos. En 2003, 19 inmigrantes que iban encerrados murieron cerca de Victoria, Texas.
