WASHINGTON.- El senador republicano John McCain, quien se recupera en Arizona luego de que se le diagnosticó un cáncer cerebral, regresa este martes a Washington para participar en una votación sobre la reforma al sistema de salud.
McCain jugará un rol clave para ayudar a decidir si los republicanos cumplen con siete años de promesas para derogar y sustituir la ley que instauró el ex Mandatario demócrata Barack Obama, conocida popularmente como Obamacare.
Una derrota obligaría a los líderes republicanos del Senado, que han luchado por reunir apoyo para su versión de la reforma de salud, a buscar otra estrategia o pasar a otros asuntos legislativos.
El Presidente Donald Trump ha criticado duramente a los senadores republicanos su falta de aprobación de un proyecto de ley. Trump celebró un evento en la Casa Blanca el lunes en el que los reprendió, diciendo que "no han hecho su trabajo para poner fin a la pesadilla de Obamacare".
Se esperaba que la votación en la Cámara alta fuera extremadamente reñida, por lo que el regreso de McCain sería crítico en el esfuerzo por derogar la ley. El republicano ha dicho que usualmente vota para abrir debates legislativos como estos, pero también ha expresado sus inquietudes sobre el proyecto de ley del Senado.
A McCain se le diagnosticó una forma agresiva de cáncer cerebral a principios de este mes después de una cirugía para extirpar un coágulo de sangre y no se esperaba que asistiera a la votación del martes. Sin embargo, su oficina publicó un comunicado el lunes en el que anunció su participación.
Si suficientes republicanos votan para avanzar, los senadores empezarían a debatir el proyecto de ley que aprobó la Cámara de Representantes de Estados Unidos en abril. Pero ese legislación probablemente sería modificada a través del proceso de enmienda.
Algunos senadores dijeron que era hora de abordar el tema en el pleno del Senado o pasar a otros asuntos. "Ahora es el momento de pescar o cortar el cebo", dijo el senador republicano Mike Rounds. "Manos a la obra. Tenemos muchas otras cosas que hacer", agregó.
No se espera que algún demócrata vote a favor de la apertura del debate, lo que significa que los republicanos, que tienen 52 escaños en la cámara de 100 asientos, no pueden permitirse perder más de dos de ellos.