CARACAS.- Bajo fuerte tensión, la oposición venezolana inició este miércoles una huelga de 48 horas para obligar al Presidente Nicolás Maduro a suspender la elección, el domingo, de una Asamblea Constituyente.
El denominado "paro cívico" comenzó a las 06:00 horas con bloqueos de calles en todo el país, lo que hace temer brotes de violencia.
El domingo se celebrará la polémica elección de los 545 miembros de Asamblea Constituyente, convocada por Maduro para reformar la Carta Magna creada bajo el gobierno de su mentor, el fallecido Presidente Hugo Chávez.
La semana pasada, la oposición ya celebró un paro de 24 horas y, según su balance, fue acatado en un 85% en las principales ciudades del país. No obstante, la jornada desencadenó violentas protestas que cobraron la vida de cinco personas.
Durante los días previos, muchos venezolanos acudieron a los supermercados y panaderías para abastecerse de alimentos, en tanto que miles cruzaron la frontera para comprar provisiones o salir del país, ante la incertidumbre de lo que pueda suceder con las protestas.
La coalición opositora Mesa de la Unidad Democrática (MUD) convocó para el viernes a una gran marcha en Caracas, bajo la advertencia de que si Maduro insiste en la elección, boicoteará la votación.
En un video difundido la noche del lunes en su Twitter, el líder opositor Leopoldo López, pidió a los venezolanos "seguir en las calles hasta alcanzar la libertad" y pidió a la Fuerza Armada no ser "cómplice" de un fraude constitucional.
El fuerte rechazo a la Constituyente, que según la consultora Datanálisis supera el 70%, intensificó aún más las protestas que iniciaron hace cuatro meses para exigir la salida de Maduro, y que ya dejan un centenar de muertos, miles de heridos y cientos de detenidos.
Líderes opositores aseguran que el Presidente Maduro busca, con este proceso constituyente, suprimir las elecciones (incluidas las presidenciales de fines del 2018) y tomar el control de todos los poderes públicos, entre ellos, el Congreso, que actualmente se encuentra bajo el control de la mayoría opositora, y la Fiscalía, cuya jefa nacional quebró sus relaciones con el Ejecutivo.
A pesar de las críticas, Maduro ha prometido celebrar la Constituyente que ve como la vía para incluir los populares subsidios en la carta magna, e instaurar una economía postpetrolera que permitiría al país librarse de la dependencia de sus exportaciones de crudo.
"Estamos en una semana decisiva para lo que va a pasar en el resto del Siglo XXI venezolano: vamos a decidir entre la paz o la guerra, entre el futuro o el pasado", dijo Maduro el martes en un acto con candidatos a la Constituyente. "El domingo 30 de julio todos a la calle a votar por la paz, por la Constituyente", añadió.
Está previsto que la industria petrolera, los puertos y aeropuertos -todos en manos estatales- funcionen sin contratiempos.