Los militares realizarán principalmente operativos de inteligencia, aunque también podrían patrullar las calles.
EFE
RÍO DE JANEIRO.- La ola de violencia que se desatado en Río de Janeiro en medio de una grave crisis financiera llevó hoy al Gobierno brasileño a anunciar la movilización de 10.240 militares y policías para reforzar la seguridad en las calles del estado más emblemático del país.
La participación de las Fuerzas Armadas en operaciones de orden público en Río de Janeiro fue autorizada en un decreto firmado por el Presidente brasileño, Michel Temer, que fue publicado en una edición extraordinaria del Diario Oficial este viernes.
En total, son 8.500 miembros de las Fuerzas Armadas, 620 de la Fuerza Nacional de Seguridad y 380 de la Policía Federal de Carreteras que reforzarán la seguridad en Río de Janeiro. Otros 740 agentes estarán en las fronteras del país, para combatir la entrada de drogas y armas dirigidas a grupos criminales que actúan en Río de Janeiro.
El ministro de Defensa, Raúl Jungmann, explicó que los militares participarán en operaciones puntuales para combatir el crimen organizado, pero también reforzarán, cuando sea necesario, el trabajo de los policías de Río de Janeiro.
"Los militares no participarán en ocupaciones de favelas, como en anteriores ocasiones. Serán usados como último recurso siempre y cuando sea necesario. Pero no descartamos que también ayuden a patrullar las calles", dijo el ministro.
Operativos sorpresa
Detalló que las intervenciones de las Fuerzas Armadas estarán pautadas por trabajos de inteligencia previos y serán sorpresivas para tener más efectividad. "Vamos a repetir la fórmula que usamos en los Juegos Olímpicos y que tuvo tantos resultados. Todas las fuerzas de seguridad actuarán de forma integrada a partir de datos de inteligencia", señaló.
El ministro sostuvo que el Gobierno no retrocederá en su estrategia pese a que espera "reacciones", con posibles ataques de los grupos criminales a autobuses y comercios, como ha ocurrido otras veces.
El ministro de Justicia, Torquato Jardim, dijo que la presencia de militares se extenderá hasta diciembre de 2018. "Es un compromiso claro del Gobierno que va hasta el último día del mandato de Temer", señaló.
La intervención militar fue solicitada por el propio gobernador de Río de Janeiro, Luiz Fernando Pezao, ante la grave crisis fiscal y de seguridad que enfrenta ese estado.
La escalada de violencia de los últimos meses en Río coincide con la grave crisis económica que obligó al gobernador a declarar el estado de calamidad financiera (quiebra) por carecer de recursos para cumplir las obligaciones del Gobierno.