BUENOS AIRES.- La Confederación General de Trabajadores (CGT) argentina, el mayor sindicato obrero del país, encabezará una marcha durante esta jornada en Buenos Aires en protesta por las políticas económicas del Gobierno de Mauricio Macri y su eventual reforma laboral.
La Central de Trabajadores Argentinos (CTA) confirmó su adhesión a la manifestación así como también lo hicieron los sindicatos de transporte y numerosos gremios y movimientos sociales y políticos.
La marcha -la segunda que los gremios realizan desde la asunción del Presidente argentino- tendrá como epicentro la emblemática Plaza de Mayo de la capital argentina, donde se congregarán los trabajadores a las 15:00 horas.
En un clima de tensiones políticas y sindicales, el miércoles la central obrera informó que tras la huelga de principios de abril, el Gobierno de Macri "no escuchó" los reclamos. El incremento de los precios de productos básicos, de los medicamentos, la inflación, la inseguridad, la apertura a productos extranjeros, son algunos de los temas que los sindicatos ponen sobre la mesa del Ejecutivo y por los que piden una solución.
Desde su costado del ring, el Ejecutivo defiende que esta protesta es el resultado de una "crisis" del sindicalismo. El ministro del Interior argentino, Rogelio Frigerio, expresó a Radio Mitre que los sindicatos están viviendo "una transición" y que sus reclamos carecen de fundamentos ya que los indicadores económicos muestran un crecimiento y recuperación del empleo "desde hace varios meses".
El ministro de Trabajo, Empleo y Seguridad Social, Jorge Triaca, consideró por su parte que la marcha es "innecesaria, inoportuna" y "más ligada a una cuestión política que a una cuestión de reclamos", según dijo a La Nación de Argentina.
Las entidades gremiales planean esta movilización desde hace meses y en julio ya tenían determinada la fecha del 22 de agosto. Sin embargo, ésta fue confirmada recién la semana pasada, tres días después de que se realizaran las elecciones primarias legislativas en el país sudamericano.
El respaldo que logró el Gobierno en dichas elecciones, sumado a la entrega de cifras positivas sobre el empleo, pusieron en duda la marcha de la CGT de este martes. Ello derivó en un fuerte debate interno que dejó a la central obrera en una virtual ruptura. A pesar de que optaron por concretar la manifestación, se espera que durante ésta se note la ausencia de algunos gremios fundamentales.
Según se anunció, en septiembre se reunirá un Comité Central Confederal para determinar el futuro de la protesta, en caso de que el Gobierno no dialogue con los sindicatos.
Paralelamente, los trabajadores despedidos de la multinacional PepsiCo Snacks realizarán un corte en el Obelisco para exigir la reincorporación de todos los trabajadores que fueron separados de sus puestos de trabajo en julio. En un comunicado, la Comisión Interna de PepsiCo anunció que participará más tarde en la protesta convocada por la CGT "desde una columna independiente".
"Exigiremos la convocatoria por parte de la centrales sindicales, la CGT y la CTA, a un paro activo que ponga fin a la tregua con el Gobierno que viene costándole a los trabajadores miles de despidos", señaló la entidad.