SANTIAGO.- España sigue de luto a raíz de los atentados ocurridos en La Rambla de Barcelona y en la localidad de Cambrils, Cataluña, los días 17 y 18 de agosto. Sin embargo, una serie de "errores" por parte de las autoridades catalanas habría favorecido la realización de estos dos ataques terroristas que causaron la muerte de 15 personas y dejaron un centenar de heridos.
Fueron la omisión de las alertas internacionales realizadas por organismos de inteligencia, la ausencia de barreras físicas en las calles barcelonesas y la falta de coordinación policial, los factores que, de haber sido tomados en cuenta por los Mossos d'Esquadra (policía catalana), habrían podido prevenir los ataques terroristas en la región.
Omisión de advertencia internacional
El pasado 25 de mayo, la Policía Autonómica de Cataluña habría recibido una alerta por parte del Centro Nacional de Inteligencia estadounidense (CIA) que apuntaban a que el Estado Islámico (EI) planeaba atentar en "zonas turísticas muy concurridas" de Barcelona, y "específicamente en La Rambla".
Según publicó este jueves "El Periódico" de Cataluña, el servicio advertía que el EI planeaba actuar en verano en la zona ya mencionada, que coincidió con el lugar donde se produjo el atropello masivo que terminó con la vida de 13 personas el pasado 17 de agosto, sin embargo, la advertencia fue pasada por alto.
No obstante, el Gobierno de Cataluña negó este jueves que la información recibida sobre los atentados procediera de la CIA o de algún otro centro antiterrorista de Estados Unidos. Sin embargo, reconoció haber omitido una alerta emanada en mayo por su "baja crebilidad".
Pero esa no fue la única advertencia desestimada por parte de las autoridades catalanas. De acuerdo a lo consignado en "La Razón", Los Mossos d'Esquadra habrían mantenido una comunicación "no
oficial" con la policía belga, la cual les habría consultado por el imán de Ripoll, Abdelbaki Es Satty, considerado el cerebro de los atentados de Barcelona y Cambrils, a lo que la policía española se mantuvo al margen.
Ausencia de barreras preventivas
Uno de los factores más polémicos tras el atentado fue la falta de medidas físicas de prevención (vallas, maceteros gigantes, barreras, etc.) en La Rambla de Barcelona, una de las calles más transitadas de la ciudad española.
Esta iniciativa había sido propuesta por la Policía Nacional de España a las autoridades catalanas, las que recibieron una circular en diciembre de 2016, la cual no fue considerada por la policía local, ya que no estimaron conveniente aislar a los transeúntes.
Falta de coordinación policial
La falta de organización entre las fuerzas y cuerpos de seguridad policial de Cataluña quedaron en evidencia cuando la Asociación Unificada de Guardias Civiles y el Sindicato Unificado de la Policía Nacional denunciaron "exclusión" y "el aislamiento" que habrían sufrido durante la investigación y gestión del atentado.
Ambos cuerpos serían clave para el trabajo en contra de los atentados, ya que cuentan con una vasta experiencia en la lucha contra la banda terrorista ETA (organización nacionalista vasca).
La razón de este aislamiento, aseguran ambos cuerpos, sería la de "transmitir una imagen al exterior de nuestras fronteras de un Estado catalán 'autosuficiente', instrumentalizando para ello sin ningún tipo de reparo la seguridad pública, asumiendo por ende los errores y consecuencias que de esta praxis pudieran derivarse".
Los factores anteriormente mencionados y relevados los días posteriores dan cuenta de la serie de falencias ocurridas en materia de seguridad. Ahora, se busca los responsables de estas omisiones que, según algunos, de no haberse cometido podrían haber impedido algún atentado terrorista.
