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Caso Odebrecht: Lula dice ser víctima de una "cacería de brujas" ante juez que lo investiga

Durante más de dos horas, el ex Presidente declaró ante Sergio Moro por los delitos de corrupción y lavado de dinero bajo la sospecha de que recibió sobornos de la empresa brasileña a través de unos de sus ex ministros.

14 de Septiembre de 2017 | 05:34 | EFE
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AFP
SAO PAULO.- El ex Presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva dijo ser víctima de una "cacería de brujas" en el testimonio que rindió ante el juez que lo investiga por corrupción, y calificó como "mentiroso", "frío" y "calculista" a uno de sus ministros, que se convirtió en importante testigo en su contra.

Lula aseguró que su ex ministro de Hacienda Antonio Palocci, que lo acusó de haber hecho un "pacto de sangre" con la constructora Odebrecht para recibir millonarios sobornos a cambio de contratos públicos con la petrolera Petrobras, tan sólo pronunció mentiras en el testimonio que rindió al mismo juez la semana pasada.

"Yo vi a Palocci mentir aquí. Nada de lo que dijo es verdad", aseguró el ex gobernante, quien dijo sentir "pena" por Palocci, quien fuera uno de sus principales correligionarios y colaboradores, aunque aclaró que su ex ministro tan sólo busca un acuerdo que le permita salir de la cárcel y "conservar parte del dinero que ganó en los últimos años como conferenciante".

Lula aprovechó el testimonio de 2 horas y 10 minutos de este miércoles ante el juez Sergio Moro en la ciudad de Curitiba para desmentir todas las acusaciones, insistir en que se trata de una persecución política y descalificar a todos sus acusadores, aunque se negó a responder a algunas preguntas y dejó dudas en otras.

El ex líder sindical, que encabeza todas las encuestas de intención de voto para las elecciones presidenciales de 2018, asegura que todos sus líos judiciales buscan impedirle que asuma nuevamente el cargo que ocupó entre 2003 y 2010.

"La verdad es que la Fiscalía entró por un camino del que tiene dificultades de salir. Su objetivo es encontrar a alguien que me criminalice", afirmó el ex Mandatario en sus consideraciones finales al dar a entender que sus acusadores carecen de pruebas y siguen presionando testigos presos para convertirlos en delatores.

"Sólo quiero decir que hay una cacería de brujas. Voy a enfrentar todas las acusaciones con el mismo respeto pero alegando que todo lo que hacen es ilegítimo, que las acusaciones no proceden", agregó.

Esta fue la segunda vez que Lula declaró ante el juez Sergio Moro, responsable por el caso de corrupción en Petrobras y que ya condenó al ex Presidente en primera instancia a nueve años y medio de prisión en otro caso por corrupción, por haber recibido sobornos de la constructora OAS a cambio de contratos con la petrolera estatal.

En el proceso por el que fue interrogado, uno de los seis abiertos en su contra, el ex gobernante fue denunciado por la Fiscalía por los delitos de corrupción y lavado de dinero bajo la sospecha de que recibió sobornos de Odebrecht a través de Palocci.

Tanto los ejecutivos de Odebrecht como Palocci dijeron que la constructora, una de las más beneficiadas por los desvíos en Petrobras, reservó una suma de 300 millones de reales (unos 96,8 millones de dólares) para financiar ilegalmente tanto los gastos del Partido de los Trabajadores (PT) como los gastos particulares de Lula y de su sucesora, Dilma Rousseff.

Las supuestas coimas en el proceso discutido hoy, que según la querella se acercan a los 13 millones de reales (unos 4,2 millones de dólares), se habrían destinado a la construcción de la nueva sede del Instituto Lula y al alquiler de un ático vecino a su residencia particular en la ciudad de Sao Bernardo do Campo.

En sus declaraciones, el ex Presidente dijo que, pese a documentos que hacen referencia al Instituto Lula varios años antes, tan sólo decidió crearlo después de abandonar la Presidencia por lo que nadie lo puede acusar de haber recibido sobornos durante su mandado para destinarlos al organismo.

Dijo igualmente que tan sólo visitó una vez el terreno adquirido por Odebrecht y supuestamente destinado al Instituto Lula y que lo rechazó por considerarlo inadecuado.

El ex jefe de Estado fue evasivo sobre el alquiler del ático vecino a su residencia que utilizaba para reuniones y dijo que recibió con sorpresa el anuncio del propietario en 2015 de que los alquileres no eran pagados.

Sobre las acusaciones de Palocci, afirmó que su ex ministro era un gran "simulador" y que no lo culpa por querer llegar a un acuerdo con la Fiscalía que le permita reducir su condena.

"Lo que no puede es, si no quiere asumir su responsabilidad por hechos ilícitos que cometió, atribuírselas a otros", dijo.

Al final del testimonio, Lula le preguntó a Moro si podría decirle a sus hijos y sus nietos mañana que había sido interrogado por un juez imparcial, en lo que fue reprendido por el magistrado, quien, de cualquier forma, respondió que "sí" podía decirlo.

Como en la comparecencia de mayo pasado, las autoridades montaron un fuerte dispositivo en Curitiba, con más de 1.000 policías, para evitar eventuales incidentes con los cerca de 5.000 manifestantes que acudieron a la capital del estado de Paraná (sur), bien sea para apoyar o para protestar contra el carismático líder.
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