Mnangagwa fue recibido por una multitud en Harare.
EFE
HARARE.- El ex vicepresidente de Zimbabwe Emmerson Mnangagwa regresó este miércoles a ese país, con el camino allanado para asumir la presidencia tras el fin del régimen de Robert Mugabe, por lo que aseguró que el país "está en los albores de una nueva democracia".
En una concentración frente a la sede de su partido, Mnangagwa denunció recientes complots para asesinarlo y agradeció al pueblo zimbabuense "en nombre de nuestro Señor" por haberle dado su apoyo.
Dijo que en el proceso que llevó a la salida del poder de Mugabe siempre estuvo en contacto con los jerarcas militares del país. Además, prometió a la multitud que su Gobierno generará "empleos, empleos", lo que suscitó gritos y aplausos. En repetidas ocasiones juró lealtad al partido gobernante y expresó "¡abajo los enemigos!".
Horas antes, Lovemore Matuke, funcionario del partido de gobierno, había anunciado que Mnangagwa se reuniría con el politburó en la sede del partido "a fin de consultar sobre lo que ha ocurrido durante su ausencia".
Mnangagwa estaba en Sudáfrica y allí se reunió con el presidente sudafricano Jacob Zuma antes de regresar a Zimbabwe.
Mnangagwa, de 75 años, será juramentado presidente este viernes, tras la renuncia de Mugabe, quien dejó el cargo abruptamente en medio de un proceso de impugnación.
Para regresar a Zimbabwe Mnangagwa abordó un avión en el aeropuerto Lanseria de Johannesburgo. Llegó a la Base Aérea Manyame en Harare, la capital, donde se congregó una multitud entre cánticos y aplausos.
Algunos manifestantes portaban carteles con fotos de Mnangagwa y leyendas impresas, lo que indica un alto nivel de organización detrás del júbilo. Los carteles rezaban "Bienvenido de regreso, héroe nuestro" y "Cumpliendo tu palabra, has regresado. Bienvenido".
La base aérea es adyacente al aeropuerto internacional de Harare.
Los zimbabuenses, aún estupefactos por la renuncia de Mugabe, cantaron y bailaron en las calles de Harare hasta avanzada la noche, emocionados por la caída de un líder que parecía tan prometedor al final del régimen de minoría blanca en los 80, pero que en los últimos años presidió el derrumbe de la economía, la disfunción del gobierno y violaciones de los derechos humanos.
Ahora los reflectores se enfocan en Mnangagwa, durante años el lugarteniente de Mugabe, que fue desplazado a principios de mes para que la impopular primera dama Grace Mugabe ocupara su puesto y sucediera a su esposo. Mnangagwa huyó del país, diciendo que su vida corría peligro.
Eso condujo a la intervención militar hace una semana, la que abrió la puerta al vuelco del partido gobernante y el pueblo contra el presidente.
No estaba claro qué sucedería con el matrimonio Mugabe. El ahora ex Presidente, el jefe de estado más anciano del mundo, dijo en su carta de renuncia que se debían iniciar los procedimientos legales para juramentar a un nuevo Mandatario "mañana a más tardar".