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El Kremlin defiende "legitimidad de elección" presidencial de 2018 cuestionada por bloqueo a candidato opositor

La Comisión Electoral rusa rechazó la postulación de Alexei Navalny, inhabilitado por haber sido condenado por desvío de fondos. Una situación que ha sido cuestionada y que podría incrementar la abstención.

26 de Diciembre de 2017 | 13:52 | AFP
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Alexei Navalny fue condenado por malversación de fondos, lo que lo inhabilita para postular a la presidencia. Según dice, todo fue un complot.

AFP
MOSCÚ.- El Kremlin defendió el martes la "legitimidad de la elección" presidencial de marzo de 2018 a pesar del llamado a boicotear los comicios del opositor Alexei Navalny, inhabilitado a presentarse.

La Comisión Electoral rusa rechazó el lunes la candidatura del carismático jurista de 41 años, promotor de investigaciones sobre la corrupción de la élite rusa. En respuesta, el opositor llamó a sus adherentes a una "huelga de voto" y a no concurrir a las urnas.

La Comisión rechazó su candidatura debido a que Navalny mantiene una condena por malversación, causa que, según él, fue "fabricada" por cercanos al Presidente Vladimir Putin. "El hecho de que no participe, en virtud de la ley, una persona que desea ser candidata, no puede afectar de ninguna manera a la legitimidad de la elección", declaró a la prensa el portavoz del Kremlin, Dimitri Peskov.

Incremento de la abtención

Más de una veintena de candidatos declararon querer presentarse en la presidencial del 18 de marzo. La Comisión Electoral admitiría la postulación del candidato del Partido Comunista o de los nacionalistas del LDPR, así como la de la periodista cercana a la oposición liberal, Ksenia Sobchak.

Pero dada la popularidad de Putin, en el poder desde hace 18 años, y la ausencia de su principal opositor, que movilizó a miles de jóvenes en las calles los últimos meses, algunos observadores pronostican una abstención elevada que afectaría la legitimidad del resultado.

Los expertos estiman que el principal objetivo del Kremlin es movilizar a los electores para celebrar comicios cuyos resultados ya parecen definidos, y limitar los fraudes para evitar manifestaciones como las de 2011-2012 y las críticas de las potencias occidentales y de la oposición. "El riesgo de un baja participación es real. No está vinculado a Navalny, sino a la pérdida de interés en las elecciones de cara a un resultado que ya se conoce", explicó la politóloga Ekaterina Schulmann, de la universidad Ranepa.

El patriarca de la Iglesia ortodoxa rusa, Cirilo, cercano al Kremlin, llamó este martes a acudir a las urnas el 18 de marzo. "Debemos participar absolutamente para dar nuestra contribución a la formación del futuro de nuestro país", declaró, citado por la agencia pública Ria Novosti.

El periódico RBK indicaba, a principios de diciembre, que el Kremlin dio como consigna a los responsables de las regiones que hicieran una fiesta del día de los comicios para atraer a los votantes a los colegios electorales.

Llamados a boicot

A pesar de la indiferencia de la prensa nacional, las campañas de Navalny congregaron a miles de personas. El opositor abrió decenas de permanencias en el interior del país con las que planea apoyarse para llamar al boicot. "Los llamados al boicot serán analizados minuciosamente para determinar si son conformes a la ley o no", dijo Peskov el martes.

La decisión era previsible, puesto que esta comisión ya había advertido en varias ocasiones que Navalny no podría presentarse antes de 2028 debido a una condena judicial por desvío de fondos en un caso que se remonta a 2009.

Según Schulmann se trata antes que nada para las autoridades de evitar el riesgo de una segunda vuelta Putin-Navalny, ya que "el que llega a la segunda vuelta se convierte en la segunda persona más importante en el sistema político, tras el Presidente".

El opositor, que dispone de una base de fieles simpatizantes y organizó dos manifestaciones de amplitud este año, acusa al poder de haber montado esta causa para alejarlo de la política. La Unión Europea (UE) denunció la inhabilitación de Navalny, que "plantea serias dudas sobre el pluralismo político" en Rusia.