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Agresiones y restricciones de ingreso: El drama de los migrantes venezolanos en su peor semana de los últimos meses

El éxodo producto de la crisis económica y humanitaria que afecta a Venezuela, ha puesto a prueba la tolerancia latinoamericana y provocado un incremento de la tensión en los principales países de destino.

21 de Agosto de 2018 | 13:14 | Redactado por Valentina Salvo U., Emol
SANTIAGO.- Naciones Unidas calcula que 2,3 millones de venezolanos dejaron su país, motivados por la dura crisis política, económica y humanitaria que azota la nación. Este escenario se ha visto reflejado en el resto de los países sudamericanos, que han recibido a miles de personas que huyen del desabastecimiento de alimentos y medicamentos.

Sin embargo, este éxodo ha comenzado a poner a prueba la tolerancia de la región, llegando a provocar que esta semana los venezolanos inmigrantes vivieran los días más duros de su huida, principalmente en Brasil, Ecuador, Colombia y Perú.

Caos en Pacaraima

Brasil no es el principal destino elegido por los venezolanos, pero sí es uno de los pocos países del vecindario que todavía no les exige pasaporte para ingresar. Las autoridades brasileñas estiman que en el último año y medio han entrado al país por vía terrestre unos 50.000 venezolanos y que cerca de 400 cruzan diariamente la frontera por la localidad de Pacaraima.

Ubicada en el estado de Roraima, estado amazónico limítrofe con Venezuela, Pacaraima ha sido la ciudad que más ha sentido el impacto de la ola migratoria en los últimos tres años, con un aumento de 10% de la población, la mayoría en situación de calle. El escenario en parques públicos está marcado por los refugios improvisados y por filas para adquirir la comida que entregan los soldados. Pero ciudadanos locales ven con preocupación estos tipos de asentamientos, pues dicen genera inseguridad.

El clima es tal, que este sábado la tensión llegó a su punto más álgido. Un comerciante fue asaltado y herido presuntamente por un grupo de venezolanos, lo que causó la ira de los habitantes de Pacaraima. En represalia, decidieron expulsar de los campamentos a decenas de venezolanos y quemaron sus pertenencias.

El caos estaba desatado y el domingo el Presidente brasileño, Michel Temer, ordenó el envío de 120 efectivos de la Fuerza Nacional para controlar la situación y de 36 voluntarios para atender el área de la salud en la zona.


Por su parte, la gobernadora de Roraima, Suely Campos, reiteró su constante petición al Supremo Tribunal Federal (STF) de suspender la entrada de inmigrantes y que se acelere la distribución de refugiados a otras zonas. Entre abril y junio de 2018, 690 venezolanos fueron transferidos a otras ciudades, entre ellas Sao Paulo (265) y Manaos (165), como parte del proyecto gubernamental de desahogar Roraima.

"Cerrar la frontera es impensable porque es ilegal. La ley determina acoger refugiados e inmigrantes en esa situación", reaccionó el ministro-jefe del gabinete de Seguridad Institucional, Sérgio Etchegoyen, ante la nueva petición. Aunque tras la llegada de los refuerzos Etchegoyen aseguró que la zona estaba "más tranquila", 1.200 venezolanos cruzaron de vuelta a su país ante el temor de nuevos ataques.

Jorge Idrogo, venezolano de 22 años y que sustenta a su familia vendiendo comida en Brasil, lamentó lo ocurrido el fin de semana."Pagamos justos por pecadores. Nosotros no tenemos la culpa de que nuestro gobierno esté haciéndolo mal".

Sin pasaporte no cruza

La creciente ola migratoria ha empujado también a otros países de América Latina a adoptar ciertas medidas de contención, como Ecuador. De acuerdo con cifras oficiales, la semana pasada alrededor de 4.200 venezolanos cruzaron a diario desde Colombia, país que limita con Venezuela, hacia Ecuador.

4.200 venezolanos cruzaban a diario a Ecuador
Por ello, el Gobierno determinó que desde el 18 de agosto comenzaría a exigir pasaporte a todos los venezolanos que deseen cruzar la frontera. La nueva disposición se adoptó para "garantizar el ingreso seguro, regular y ordenado", según dijo el ministro del Interior ecuatoriano, Mauro Toscanini.

Sin embargo, la nueva exigencia provocó que hoy cientos de venezolanos se encuentren varados en el límite de Colombia y Ecuador, debido a que se encontraban viajando cuando se anunció la medida y porque, según enfatizan, conseguir el documento es "un lujo" en su país.

El tiempo apremia principalmente para aquellos que solo están de paso por territorio colombiano y ecuatoriano. Muchos en realidad tienen otros destinos como Chile o Perú, país donde las autoridades anunciaron que impondrán la exigencia de pasaporte a partir del próximo 25 de agosto. La decisión endurece la política migratoria amigable que Lima mostró a los venezolanos desde 2016. Se estima que 400 mil venezolanos han llegado a Perú durante los últimos 12 meses, cifra solo superada por Colombia, que alcanza los 500 mil.

En una entrevista publicada por el diario El Comercio, Toscanini dijo que del millón de venezolanos que han llegado a Ecuador en los últimos cuatro años, 250.000 se han quedado en el país y el resto ha seguido su viaje a Perú, Chile y otros lugares. Precisamente por eso, los inmigrantes solicitan al Gobierno ecuatoriano la apertura de una vía humanitaria que les permita pasar y acceder a otras naciones.

Pedro Pérez dejó su empleo en la industria petrolera en Venezuela debido a que su sueldo no le alcanzaba ni para comprar alimentos para una semana. Asegura que tiene una oferta de trabajo con una firma italiana en Perú. "Necesito el pase por aquí (…) no pienso quedarme en Ecuador", aseguró a la agencia AP.

La nueva exigencia ecuatoriana también ha generado que muchos de los que ingresaron antes de la medida y que no cuentan con sus pasaportes, no puedan salir. No tienen el sello de salida respectivo de Ecuador, por lo que Perú no les permite entrar. Así, casi 600 venezolanos se encuentran durmiendo a la intemperie en la zona fronteriza de la ciudad peruana de Zarumilla.

Pese a todo, los miles de inmigrantes parecen dispuestos a correr todo tipo de riesgos e incluso cruzar por puntos ilegales. "El que persevera, vence", asegura Rosa Querales (42), quien lleva 25 días viajando y espera en la ciudad de Ipiales, Colombia, la apertura de la frontera de Ecuador.

Mientras, otros tantos tienen la esperanza de volver a su nación algún día. Es el caso de Grecia Fuentes, contadora que viaja desde el 8 de agosto: "Me gustaría regresar cuando sea como era antes", sentenció.
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