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Líderes de las dos Coreas ultiman una cumbre destinada a destrabar el diálogo con EE.UU.

Tras décadas de conflicto, Moon Jae-in y Kim Jong-un sostendrán, a partir de mañana, un encuentro que marca un acercamiento entre ambos países, y del cual podría generarse un avance en la desnuclearización del norte.

17 de Septiembre de 2018 | 05:27 | Redactado por Tamara Cerna/Agencias.
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(Archivo).

AP.
SEÚL.- A un día del inicio del encuentro, las dos Coreas ultiman sus preparativos para la cumbre de tres días que mantendrán sus dos líderes en país del norte, la cual se espera sirva para reforzar lazos y desbloquear el diálogo Pionyang-Washington sobre desarme.

La desnuclearización del régimen va a ocupar un espacio clave en el encuentro que protagonizarán en Pionyang el presidente surcoreano, Moon Jae-in, y el líder norteño, Kim Jong-un, indicó el jefe de gabinete en Seúl, Im Jong-seok.

Los dichos de este último refuerzan las palabras de analistas y expertos, así también como la del asesor del presidente surcoreano para Asuntos Exteriores, Moon Chung-in, quien indicó creer que Moon Jae-in volverá a hacer hincapié "en su rol como mediador para reducir distancias entre ambas partes", como ya hizo en las dos primeras cumbres que mantuvo con Kim Jong-un en abril y mayo, las cuales posibilitaron la reunión en Singapur entre Kim y el presidente de Estados Unidos, Donald Trump.

Sin embargo, desde la declaración conjunta firmada en esa cumbre, en la que ambas partes se comprometían a trabajar para el desarme y Washington a garantizar la supervivencia del régimen, los avances reales han sido escasos.

El asesor de Moon señaló que esto se podría explicar con una "falta confianza" entre ambas partes y que "existen diferentes percepciones" sobre el peso que tienen las concesiones que cada lado ha realizado hasta el momento.

Por un lado, Pionyang desmanteló su base de pruebas atómicas y gran parte de un centro de lanzamiento de proyectiles, aunque no ha permitido ninguna inspección que verifique el alcance de estas operaciones. En tanto, Seúl y Washington, congelaron indefinidamente los ejercicios militares que tanto irritan al régimen, pero tampoco garantizan que esta suspensión sea definitiva.

En esa línea, Corea del Norte ha demandado avances en la firma de un tratado de paz a cambio de ejecutar pasos más concretos, mientras que E.E.U.U. ha dado a entender que necesita más garantías, como entrada de inspectores o revelación de inventarios armamentísticos, antes de comenzar a levantar sanciones sobre el régimen.

Para romper este enroque "Moon va a pedirle a ambas partes que aborden el diálogo de manera valiente e imaginativa", explicó su asesor de Exteriores.

Y añadió: "Estoy seguro de que la reunión en Pionyang va a ayudar a hacer realidad una nueva cumbre EE.UU.-Corea del Norte", algo que Kim Jong-un ya le ha propuesto recientemente por carta a Trump.

En el plano de los lazos intercoreanos se espera que los dos vecinos, que se mantienen técnicamente en guerra desde hace más de 65 años, concluyan la cumbre con la firma de algún tipo de acuerdo concreto para rebajar tensiones militares en torno a la frontera.

En ese sentido, representantes de los ejércitos de ambos países se vieron la pasada semana para tratar la posible reducción de efectivos en torno a la divisoria terrestre y la designación de la frontera marítima occidental como zona en la que se prohíba navegar a embarcaciones militares y realizar ejercicios con fuego real.
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