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Cerca de 1.000 personas han sido detenidas en una nueva jornada de protestas de los "chalecos amarillos" en Francia

Este es el cuarto sábado consecutivo en el que se realizan estas manifestaciones en diversos puntos del país galo. El Gobierno movilizó un fuerte dispositivo de seguridad para combatir los disturbios.

08 de Diciembre de 2018 | 15:30 | AFP
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EFE
PARÍS.- El Gobierno de Emmanuel Macron movilizó un dispositivo policial de excepción para esta jornada en Francia, esto con el objetivo de limitar la dimensión de los disturbios en el cuarto sábado consecutivo de protestas del movimiento de los "chalecos amarillos".

Hasta el momento cerca de mil personas habían sido arrestadas en todo el país, de las cuales más de 700 se encontraban en París, según la Prefectura de Policía. Además, se informó que van contabilizados 55 heridos, de ellos tres policías, a causa de los disturbios.

Estas cifras se irán actualizando, pero están muy lejos de los cientos de heridos del pasado sábado en toda Francia, cuando se vivieron -especialmente en París- escenas de "violencia rara vez alcanzada", según señalaron las autoridades en ese momento.

Ello se explica en gran medida por el despliegue de 89.000 policías y gendarmes, de ellos 8.000 en la capital, y que esta vez tenían la consigna de intervenir rápidamente contra los autores de altercados para impedir destrozos y que se levantaran barricadas.

Para eso, utilizaron cañones de agua a presión, gases lacrimógenos e incluso, por primera vez en más de cuarenta años en la ciudad, una docena de vehículos blindados de la Gendarmería.

Los primeros choques entre fuerzas del orden y manifestantes, con cargas y lanzamientos de gases lacrimógenos, se produjeron ya a primera hora de la mañana en la avenida de los Campos Elíseos, que era el principal punto de concentración de los "chalecos amarillos".

Pero los enfrentamientos más graves -con quema de automóviles o destrucción de mobiliario urbano para con él levantar barricadas- tuvieron lugar al ser dispersados algunos radicales en las zonas adyacentes, como la avenida Marceau o en torno al parque Monceau, así como en los Grandes Bulevares y cerca de la estación de Saint Lazare.

Con carácter preventivo, y tras la experiencia del pasado sábado, permanecía cerrada en esas zonas la mayor parte de los comercios, empezando por los grandes almacenes.

También estuvieron cerrados importantes monumentos y museos de París, como la Torre Eiffel y el Museo del Louvre.

Además, desde primera hora de la mañana, 36 estaciones del metro y del tren de cercanía permanecieron clausuradas.

Fuera de la capital, también hubo altercados en otros puntos a lo largo y ancho del país, como en Burdeos, Toulouse, Marsella, Lyon y Nantes, donde alrededor de 2.000 personas marcharon hasta la Prefectura (delegación del Gobierno) antes de que la situación degenerara en enfrentamientos con las fuerzas del orden, que utilizaron gases lacrimógenos.

Desde la oposición, el líder del partido izquierdista La Francia Insumisa, Jean-Luc Mélenchon, criticó al Gobierno por la estrategia "provocadora" de utilización por la policía de gases lacrimógenos y se preguntó retóricamente si "la consigna no era crear violencia".

A juicio de Mélenchon, la "muy fuerte" movilización de hoy pone en evidencia el "fracaso total de la campaña de desmotivación y de intimidación" de las autoridades.

Aunque las protestas del movimiento de los "chalecos amarillos", llamados así por la prenda reflectante que utilizan, comenzaron en contra de la subida de los impuestos al carburante -tasa anulada posteriormente por el Ejecutivo francés para intentar aplacar el malestar social- luego se ampliaron para quejarse por la pérdida del poder adquisitivo y demandar, incluso, la dimisión del Presidente Macron.
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