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Cúcuta, sábado 23 de febrero: Lo que se juega Guaidó y Maduro el día en que se pretende ingresar ayuda a Venezuela

Desde el 7 de febrero se acumulan en Cúcuta víveres, alimentos y medicina que el presidente encargado del país petrolero, Juan Guaidó, busca internar ante la negativa y el bloqueo del Presidente Nicolás Maduro. "La ayuda humanitaria va a entrar sí o sí", ha dicho.

21 de Febrero de 2019 | 06:00 | Redactado por Consuelo Ferrer, Emol
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SANTIAGO.- "¡Venezuela, tenemos fecha!". En un mensaje que fue compartido en Twitter más de 26 mil veces, el presidente de la Asamblea Nacional de Venezuela, Juan Guaidó, comunicó que los planes de la oposición al Gobierno de Nicolás Maduro son los de lograr el ingreso de ayuda humanitaria este sábado 23 de febrero.

Ese día se cumplirá, además, un mes exacto desde que se proclamara presidente encargado del país, hito que pretende celebrar con lo que espera que sea "la mayor movilización de nuestra historia": la participación de más de 600 mil venezolanos que irán en caravana hasta la frontera con Colombia y Brasil a retirar los suministros.

Pero entre Venezuela y el principal centro de acopio que ha recibido alimentos y víveres provenientes de diferentes países, ubicado en la ciudad fronteriza colombiana de Cúcuta, lo que hay es el puente binacional Tienditas, bloqueado totalmente por los militares venezolanos por dos enormes contenedores de carga y una cisterna.

Aunque la orden oficial es no permitir el ingreso desde la frontera, Guaidó aseguró que "la ayuda humanitaria va a entrar sí o sí a Venezuela". "El usuarpador va a tener que irse, sí o sí, de Venezuela. No es la primera vez que Venezuela se va a librar de un tirano, esperemos que sí sea la última", dijo en una manifestación, ante 250 mil voluntarios inscritos para la labor.

Mientras tanto, el Presidente Nicolás Maduro niega que haya "crisis humanitaria" en Venezuela y ha rechazado la ayuda enviada por Estados Unidos, aunque sí ha aceptado barcos desde Cuba, China y Rusia, países que son sus socios. Y es que lo que está en juego el 23, como han advertido medios extranjeros y organizaciones como la Cruz Roja Internacional, es mucho más que solamente ayuda humanitaria. Se trata también de una pugna política.

Festivales y contrafestivales


El viernes, horas antes de que los planes de Maduro y Guaidó se pongan en ejecución, Cúcuta será sede de un festival organizado por el empresario y controlador de la compañía Virgin, Richard Brenson: el Venezuela Aid Live.

A partir del medio día, artistas como Alejandro Sanz, Carlos Vives, José Luis Rodríguez y Paulina Rubio se presentarán en el puente Las Tienditas para "atraer la atención global e informar sobre la trágica situación que viven los venezolanos dentro y fuera del país", según la propia organización del evento. Lo que busca es recaudar US$ 100 millones para financiar más ayuda humanitaria.

Artistas como Roger Waters, histórico líder de Pink Floyd, han buscado alejarse lo más posible del evento. "Nada de esto tiene que ver con ayuda humanitaria", aseguró. También desmintió su participación el cantante francés Manu Chao.

En paralelo, en territorio venezolano se desarrollará un "contraconcierto" para quienes están a favor del Gobierno. Su lema, según el ministro de Información venezolano, Jorge Rodríguez, será "Manos fuera de Venezuela". El evento tendrá lugar en el mismo puente que comunica al país con Colombia, pero del lado venezolano.

"Hemos acogido una propuesta de una gran cantidad de artistas venezolanos que solicitaron hacer un encuentro cultural, un gran concierto por la paz, por la vida", añadió Rodríguez, sin detallar quiénes serán los artistas.

Está programado que el evento dure dos días, finalizando precisamente durante la jornada clave del sábado.

El factor EE.UU.


El pasado lunes, las expectativas en torno al 23 fueron abordadas en Miami. "Estamos aquí para proclamar que un nueva día está por llegar a Latinoamérica", aseguró el Presidente de EE.UU., Donald Trump. "En Venezuela y en el hemisferio occidental, el socialismo está muriendo y la libertad, la prosperidad y la democracia están renaciendo", agregó.

Otros representantes norteamericanos se han acercado más a la zona de conflicto, como el senador por Florida, Marco Rubio. "El 23 algunas personas en el régimen tendrán que tomar una decisión que definirá sus vidas: ya sea que se queden con este dictador, que es ilegítimo y sus días están contados, y niegan al pueblo alimentos y medicinas, o es tiempo de decir 'hasta aquí llegamos'", dijo desde Cúcuta.

Con la presencia de EE.UU., el escenario se complica aún más. "Si la oposición y el Gobierno de Trump buscan maneras de quitar a Maduro el apoyo militar, amenazar su monopolio de distribución de alimentos es probable que no sea útil en ese sentido", dijo al New York Times la directora del Centro Internacional para Académicos Woodrow Wilson, Cynthia J. Arnson.

En tanto, Guaidó también puede recibir coletazos. "Que te asocien de manera muy cercana con EE.UU. conlleva mucho bagaje en cualquier parte de Latinoamérica, y cuando hay un gobierno de izquierda que une a su base en torno al imperialismo estadounidense, esto confirma su narrativa", dijo por su parte Adam Isacson, de la Oficina en Washington para Asuntos Latinoamericanos.

Para él, aceptar con entusiasmo el apoyo de Trump puede significarle a Guaidó lucir como un "títere" de Estados Unidos. Advierte, además, del peligro que reside en la tensión entre Maduro y Trump. "Con esta retórica belicosa creas la posibilidad de un momento de alerta instantánea. Un incidente ahí podría acabar mal", dijo al periódico estadounidense.

Las implicancias del 23


Para los analistas internacionales, la jornada será el "Día D" de Venezuela. "La ayuda humanitaria en gran medida va a ser un caballo de Troya y el día de su ingreso, el 23 de febrero, se convierte en el día D", dijo el periodista y politólogo venezolano Claudio Fantini en radio Mitre.

"Es un día que se presume como punto de inflexión (...) este día es un punto clave en lo que puede ser el inicio de un conflicto armado: si ese caballo de Troya que va a entrar es repelido militarmente, ya sea por los militares que responden al régimen o por las fuerzas paramilitares, podría detonar un conflicto que inmediatamente involucraría a tropas colombianas y posteriormente a más países", añadió.

Por otra parte, el director de la Fundación Pares, León Valencia, admitió que el 23 de febrero "será quizás un día clave para el futuro inmediato de Venezuela". "No conocemos los secretos de esta operación, pero el despliegue mediático ha sido intenso y el activismo del gobierno colombiano y de los funcionarios de EE.UU. ha sido impresionante. ¿Será que estamos ante una avanzada de la intervención militar? ¿O será apenas una medida de aceite para ver cómo reacciona el gobierno venezolano?", planteó.

Para el politólogo Pedro Urruchurtu, la ayuda que se pretende enviar, en caso de lograr ingresar a Venezuela, no terminará con la crisis humanitaria. "Para que el país pueda recuperarse y tener acceso a medicinas, alimentos y servicios tiene que pasar lo que el propio Guaidó denomina como 'cese de la usurpación', que es la salida del régimen del poder", dijo a El Nacional.

Por eso recalca que el movimiento de ayuda es en realidad una estrategia política. "Se atiene lo que régimen provocó y, por otro lado, socava sus propias bases de legitimidad, que son mínimas: la Fuerza Armada. De sus funcionarios depende que se salven vidas que también están en su entorno (...) La entrada significaría para el mundo que la crisis fue premeditada, así como el éxodo venezolano. No es ineficiencia ni un mal gobierno. Sería la derrota de la política intencional del régimen", agregó.

El destino de los suministros


En lo concreto, la duda más evidente es si la ayuda logrará entrar a Venezuela y de qué manera lo hará. Los planes de la oposición venezolana no han sido transparentados del todo, para evitar que el Gobierno se anteponga a sus movimientos.

"La frontera con Colombia es inmensamente grande y también lo es la frontera con Brasil y la frontera con Antillas", dijo desde Cúcuta la legisladora de oposición Gaby Arellano, enviada por Guaidó para coordinar la ayuda.

Las opciones que se han escuchado son las de simplemente ingresarla de manera ilegal a través de las fronteras terrestres, por rutas usadas normalmente para el transporte de productos de contrabando y combustible. Los activistas de oposición han dicho que ya han sumado fuerzas con la comunidad indígena de los pemones en el este de Venezuela para ingresar a través de canoas por el río.

Otra opción es que los activistas rodeen un camión de ayuda en Colombia a medida que este se acerque lentamente a Venezuela, para que los manifestantes superen en número a los soldados apostados del lado venezolano.

De cualquier forma, todos los ojos estarán puestos en el pequeño tramo que separa a Colombia de Venezuela durante este sábado. "Tenemos la esperanza de que la prense esté ahí para ver cómo las personas fieles a Maduro evitan que la asistencia humanitaria llegue a las personas pobres de Venezuela. La gente quiere saber por qué están protestando los venezolanos. Ese acto de parte de Maduro sería una prueba que no necesitaría palabras", dijo esta semana el asesor de seguridad de Trump, John R. Bolton.

Guaidó, en tanto, ha intentado apelar a que las Fuerzas Armadas, mediante las cuales Maduro mantiene el control del Estado, desobedezcan al actual Presidente, ofreciendo amnistía a los militares que lo desconozcan. "Tienen siete días para que se pongan del lado de la Constitución y hagan lo correcto", les dijo el pasado sábado.

Chile con Guaidó


En Cúcuta, mientras tanto, se acumulan cargamentos desde Miami, Puerto Rico, la Unión Europea, Uruguay y Chile, que envió medicinas y alimentos.

Hasta la ciudad colombiana llegará este viernes además Sebastián Piñera, como un signo de apoyo al presidente encargado de Venezuela y al objetivo de que el país "recupere su libertad y democracia", decisión que fue duramente criticada por la oposición. Fue calificado incluso como "el acto más populista que ha realizado un Presidente de Chile en la historia" por el ex canciller Juan Gabriel Valdés.

"Venezuela y su pueblo necesitan apoyo internacional para recuperar su libertad y democracia", dijo por Twitter el pasado lunes, comunicando que estará en Colombia "entregando ayuda humanitaria a quienes llevan años sufriendo crisis causada por la dictadura".
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