Luego de que este domingo
Evo Morales anunciara su dimisión como
Presidente de Bolivia, lo cual provocó una ola de renuncias en varios órganos públicos, varios lideres de países y organizaciones mundiales salieron al paso para entregarle su apoyo al ex Mandatario, mientras que otros celebraron su marcha para dar paso a un nuevo proceso eleccionario.
Líderes como el secretario general de la Naciones Unidas, António Guterres, y la Alta Representante de Política Exterior y Seguridad Común de la Unión Europea, Federica Mogherini, mostraron sus preocupaciones por todo el contexto que vive Bolivia.
Guterres mostró su "profunda preocupación" por la crisis del país vecino y pidió que las partes se abstengan de la violencia y que hayan unas "transparentes y creíbles" elecciones, mientras que Mogherini llamó a la "contención" y "responsabilidad" tras los últimos episodios en Bolivia. "Expreso claramente nuestro deseo de que todas las partes en el país ejerzan contención y responsabilidad y lleven al país pacífica y tranquilamente a nuevas elecciones creíbles", dijo.
Asimismo, Mogherini valoró el anuncio de Morales para así
progresar en unos nuevos comicios ante las dudas generadas por las recientes elecciones.
La salida de Morales no fue bien acogida por todos los países, sobre todo por aquellos que tenían mayor cercanía a su Gobierno. Por ejemplo, desde Rusia salieron en defensa del ex Presidente y aseguraron que una "ola de violencia" gatilló su renuncia. "Acogemos con alarma la dramática evolución de los acontecimientos en Bolivia, donde una una oleada de violencia provocada por la oposición impidió a Evo Morales terminar su mandato presidencial".
Además, creen que era "profundamente preocupante que el desarrollo de los acontecimientos, siguiendo las pautas de un golpe de Estado orquestado, malograse la disposición del Gobierno de buscar soluciones constructivas y dialogadas a lo largo de esta crisis política interna".
Desde Siria, por su parte, condenaron "enérgicamente el golpe militar en Bolivia" y expresaron su "solidaridad con el legítimo Presidente electo Evo Morales", según señalaron fuentes del Ministerio de RR.EE. a la agencia SANA. Además, renovaron "su apoyo al pueblo boliviano en estas difíciles circunstancias" y agradecieron el "apoyo a la lucha de los pueblos de los países latinoamericanos (...) frente a la hegemonía estadounidense".
Asimismo, el Gobierno de Uruguay y de México consideraron que este hecho fue un "golpe de Estado".
"Acogemos con alarma la dramática evolución de los acontecimientos en Bolivia, donde una una oleada de violencia provocada por la oposición impidió a Evo Morales terminar su mandato presidencial"
Gobierno de Rusia
"El Uruguay considera que
no existe argumento que pueda justificar estos actos, en particular habiendo anunciado pocas horas antes el Presidente Morales su intención de convocar a nuevas elecciones, a partir del informe emitido por la misión electoral de la Organización de Estados Americanos", señaló en un comunicado la Cancillería uruguaya.
En España también criticaron el papel del Ejército, que aconsejó a Morales deponer su cargo, ya que "esta intervención retrotrae a momentos ya pasados de la historia latinoamericana".
Por el contrario, el embajador argentino en Bolivia, Normando Álvarez García, consideró que no hubo un golpe de Estado, ya que "fue una irrupción del orden constitucional, pero en base a la gran conmoción social".
Además, el vocero del Ejecutivo alemán, Steffen Seibert, dijo que con la salida de Morales se ha "despejado el camino hacia unas nuevas elecciones", lo cual "es un importante paso hacia una solución pacífica en la que la confianza en las instituciones políticas del país quede restablecida". Ahora queda por definir quién ocupara el cargo de Presidente de forma provisional y cuándo se definirán las fechas para los nuevos comicios.
