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Movimientos sociales de la década: ¿En qué quedaron las peticiones de los distintos grupos que se manifestaron?

Desde la Primavera Árabe que derrocó y provocó la renuncia de importantes líderes, hasta las protestas latinoamericanas que llevaron las crisis a sus países, estos alzamientos populares marcaron la historia en los últimos años e inspiraron a sus vecinos.

28 de Diciembre de 2019 | 10:44 | Redactado por Pía Larrondo, Emol
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Primavera Árabe, Occupy Wall Street, Hong Kong y Protestas en Chile.

AFP/EFE/Reuters
Los últimos 10 años han estados marcados por las manifestaciones sociales que han sido protagonistas alrededor de todo el mundo. Los movimientos populares han permitido instaurar nuevas leyes, derrocar regímenes autoritarios, crear nuevos partidos políticos, detener el alza de los combustibles y garantizar avances en educación.

En la siguiente recopilación, mostramos aquellos movimientos sociales que han marcado esta década, donde muchos de ellos han inspirado a la creación de nuevas movilizaciones y han sido replicados en otros países. Asimismo, unos han logrado sus cometidos que otros han ido reduciendo su influencia con el pasar del tiempo.

Primavera Árabe

Estas manifestaciones populares se dieron en los países árabes como Túnez, Egipto, Siria, Libia, Argelia, Omán, Yemen y Jordania entre 2010 y 2012 de forma escalonada y pretendían velar por la democracia y los derechos sociales. La "Primavera Árabe" se desencadenó a fines de 2010 en Túnez, donde miles de personas se rebelaron contra las malas condiciones a las que el país estaba sometido, lo que provocó que tras días de protestas el Presidente Ben Ali renunciara a su cargo.

Esto causó un efecto dominó en el mundo árabe donde fueron derrocados o dimitieron los líderes que llevaban décadas en el poder. En Túnez se dio la Revolución de los Jazmines y en Egipto se llevó a cabo la Revolución Blanca.

En este último país, se dio fin a 30 años de gobierno de Hosni Mubarak, siendo reemplazado en 2012 vía elecciones por Mohamed Morsi, un musulmán moderado. Sin embargo, un año después fue revocado por el Ejército, que se quedó con el poder y convocó a nuevas elecciones, donde resultó ganador el militar Abdelfatah al-Sisi.

En Siria, en tanto, la guerra civil que se provocó entre fuerzas rebeldes y el Ejército leal a Bashar al-Assad ya ha dejado más de 300.000 muertos, y la convierte en la batalla más grande de la última década, la crisis humanitaria más brutal del siglo XXI y el conflicto más sangriento que dejó la Primavera Árabe. De momento, en este país la situación ha recrudecido y no se ve solución alguna.

Movimiento estudiantil en Chile

En abril de 2011 los estudiantes secundarios y universitarios chilenos salieron a las calles para demostrar su descontento con el sistema educacional del país. Esto debido a que tras la Revolución Pingüina de 2006, la llamada Ley General de Educación no provocó cambios significativos a la legislación anterior, la Ley Orgánica Constitucional de Enseñanza (LOCE), según los estudiantes.

Las marchas fueron impulsadas por la Confederación de Estudiantes de Chile (Confech) y por los estudiantes secundarios. Estos actores crearon petitorios que demandaban al Gobierno de Sebastián Piñera: eliminar el lucro en la educación, reformar el acceso al ingreso a las universidades, Tarjeta Nacional Estudiantil gratuita y válida para todo el año, educación superior gratuita, desmunicipalización y estatización de los liceos, y planes de reconstrucción de los establecimientos dañados por el terremoto de 2010.
Marcha estudiantil en Santiago en junio de 2011 (crédito: El Mercurio)

El movimiento logró una amplia aceptación por parte de la ciudadanía y sus líderes se transformaron en voces determinantes de la política nacional. Asimismo, demandas como la gratuidad en la educación universitaria fueron tomadas y ahora son una realidad para un gran número de alumnos, luego de la reforma impulsada por la Presidenta Michelle Bachelet.

El desgaste que causaron los casi ocho meses de protestas estudiantiles, terminaron con la salida de dos ministros de Educación (Joaquín Lavín y Felipe Bulnes), además, dirigentes estudiantiles de la época como los líderes de la (Fech), Camila Vallejo y Gabriel Boric, y el presidente de la Federación de Estudiantes de la Universidad Católica de Chile (FEUC), Giorgio Jackson, ganaron gran popularidad y fueron electos como diputados en el periodo 2014. Varios de estos líderes, además, son fundadores del Frente Amplio, coalición política que goza de una alta representación en el Congreso.

Movimiento de los Indignados en España

El 15 de mayo de 2011 la plataforma "Democracia Real Ya" convocó a manifestaciones en distintas ciudades de España por su preocupación por el panorama político, económico y social vivido en el país. "Por la corrupción de los políticos, empresarios, banqueros y por la indefensión del ciudadano de a pie", decía el manifiesto con el que convocaron a la movilización.

Gran parte de los que se manifestaron, que eran mayoritariamente jóvenes y personas descontentas con la situación del país, acamparon en plazas de las principales ciudades "hasta ser escuchados".

Tras estas manifestaciones surgieron grandes logros para el movimiento, nacieron nuevos partidos políticos como Podemos que llegó a conseguir 5 eurodiputados en las primeras elecciones europeas a las que se presentó y 69 en el Congreso de España, lo que la llevó a ser la tercera fuerza política de país ibérico. Tras las movilizaciones se logró frenar dos mil desahucios y se creó la Ley de Transparencia.

Occupy Wall Street en Estados Unidos

El 17 de septiembre de 2011 se iniciaron protestas en contra de las "evasiones fiscales sistemáticas" del 1% más rico de Estados Unidos. El movimiento nació inspirado en los Indignados de España y logró congregar a miles de manifestantes en el distrito financiero de Nueva York.

El objetivo era terminar con la avaricia corporativa y acabar con la desigualdad social.

Pero, a diferencia de los otros movimientos ya repasados, este "acabó pasando a segundo plano, con muchos activistas centrándose en temas locales, como campañas locales o estatales para subir el salario mínimo. Como marca/organización, no fue demasiado lejos", sostuvo el politólogo Roger Senserrich a RT.

Chalecos amarillos en Francia

En octubre de 2018 se organizó a través de las redes sociales una protesta en contra del alza en el precio de los combustibles, a lo que luego se sumó la injusticia fiscal y la pérdida del poder adquisitivo. Esto desencadenó meses de movilizaciones en toda Francia en contra de la política del Gobierno de Emmanuel Macron.
Protesta de los chalecos amarillos el 3 de diciembre de 2018 (Crédito: AFP)

Los protestantes se caracterizaban por utilizar chalecos amarillos reflectantes en las marchas. Los participantes organizaron bloqueos en carreteras y se enfrentaron continuamente con las fuerzas del orden lo que terminó en centenares de detenidos y pérdidas materiales importantes tras el paso de los chalecos amarillos por las calles.

Esta movilización social se podría definir como "exitosa" debido a que luego de cuatro meses de protestas y por la presión popular, el Mandatario galo decidió que el alza a los impuestos de los combustibles no se aplicaría y convocó a un "Gran diálogo nacional" para tratar los temas que preocupaban a la ciudadanía francesa. Sin embargo, aún hay grupos que siguen manifestándose y las protestas masivas en el país europeo han regresado, como parte del rechazo a la reforma previsional impulsada por Macron.

Protestas Estudiantiles en Hong Kong

Las movilizaciones en Hong Kong, que comenzaron el 9 de junio de 2019 y continúan hasta hoy, partieron debido a la negativa de los opositores a la ley de extradición propuesta por el Gobierno de Carrie Lam, pero se ha visto empañada por graves disturbios y actos de violencia.

La mayoría de los participantes son jóvenes universitarios que han utilizados las propias universidades de Hong Kong como lugar de atrincheramiento. Tras el desarrollo de las protestas, que han paralizado a la ciudad y que terminaron con un cierre de año adelantado para la universidades, Lam ha presentado diferentes medidas para responder a las reivindicaciones del movimiento, como la eliminación de la polémica iniciativa legal, pero para los manifestantes sus medidas se han quedado obsoletas y han llegado muy tarde.

Asimismo, en las elecciones locales llevadas a cabo en el pasado mes de noviembre hubo una participación récord y los prodemócratas obtuvieron una amplia ventaja en todos los distritos, quedándose con 387 de los 452 escaños.

Protestas independentistas en Cataluña

Se trata de una demanda histórica que, al menos esta década, tuvo su punto álgido el 1 de octubre de 2017, con la convocatoria a un referéndum independentista declarado ilegal por la justicia española. El hecho desencadenó un grave conflicto en el país que aún no termina, tanto así que inició un proceso legal que obligó al entonces presidente catalán, Carles Puigdemont, a huir a Bélgica para evitar ser arrestado.

El conflicto tuvo otro punto alto el 14 de octubre de 2019, cuando se desencadenaron violentas protestas en Cataluña en respuesta a la sentencia judicial que se le dio a los líderes del proceso independentista catalán. El objetivo de las movilizaciones era mostrar apoyo político a los condenados por sedición tras impulsar el referéndum en 2017.
Protesta en Cataluña (crédito:EFE)

Los primeros seis días de protestas hubo más de 579 personas heridas en los enfrentamientos con los Mossos d’ Esquadra y la Policía Nacional y se llevaron a cabo cerca de 200 detenciones. Los daños en mobiliario para el Ayuntamiento de Barcelona se cifraron en al menos 2,5 millones de euros y el Ministerio de Fomento reveló que 7,3 millones de euros costarán los perjuicios al transporte y a la infraestructura. Al día de hoy, gran parte de los 12 condenados por sedición o desobediencia se encuentran cumpliendo su sentencia en la cárcel.

Protestas en Latinoamérica: Chile, Ecuador, Colombia y Bolivia

Durante el último cuatrimestre de este 2019, Latinoamérica ha sido escenario de una convulsión social que ha llevado a los países de la región a salir a las calles a manifestarse.

En Chile el estallido social comenzó el 18 de octubre con los reclamos por el alza en la tarifa del Metro, pero que después se transformó en una demanda nacional en contra de la desigualdad en el país, lo que llevó a una serie de manifestaciones multitudinarias, que han estado marcadas por denuncias de violaciones a los DD.HH. y también diversos hechos de violencia y destrucción. La movilización puso en jaque a la clase política y desencadenó, entre otras cosas, la convocatoria a un plebiscito constitucional que se llevará a cabo el 26 de abril de 2020.

En Ecuador la crisis se inició el 1 de octubre por el alza de combustibles que afectaba mayoritariamente a la población indígena. Tras dos semanas de continuas protestas, el Presidente Lenín Moreno llegó a un acuerdo con los manifestantes y derogó el decreto que le quitaba el subsidio a los combustibles.

En Bolivia, en tanto, el estallido social se produjo tras las elecciones del 20 de octubre donde Evo Morales salió reelecto, lo que provocó acusaciones de fraude, la intervención de la OEA que recomendaba realizar nuevos comicios y la recomendación de las FF.AA. de ese país para que Morales dejara el poder. Tras semanas de violentas protestas el Mandatario dimitió y el Gobierno interino de Jeanine Añéz (opositora a Morales) ascendió al poder mientras se llevan a cabo nuevas elecciones.

En Colombia, el 21 de noviembre se convocó a un "Gran Paro Nacional" en rechazo a las reformas laborales y económicas que estaba preparando el Gobierno del Presidente Iván Duque. Tras dos semanas de graves disturbios el Ejecutivo aceptó un diálogo directo con los líderes de la protesta nacional y además anunció cambios a la reforma tributaria para enfrentar la crisis.

Todas las movilizaciones sociales latinoamericanas se caracterizaron por la violencia que se desató en las calles, por el gran número de detenidos, las decenas de muertos, y las denuncias de ONG's internacionales contra el uso excesivo de la violencia de parte de las fuerzas policiales y, en otros casos, las violaciones a los derechos humanos.
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