El Presidente de El Salvador, Nayib Bukele, acusó este lunes a los diputados opositores de bloquear los fondos para financiar la siguiente fase de su Plan de Control Territorial, con el que busca hacer frente a las pandillas, por sus supuestos vínculos con ellas, en el marco de la escalada de tensión en el país.
"No condenan que los diputados tengan secuestrados los fondos de la seguridad, mientras financian pandillas y les prestan polígonos de tiro para entrenarlos a matar a los salvadoreños", dijo Bukele en una serie de mensajes de Twitter.
En cambio, "condenan el acto de ayer, cuando no se quebró un solo vidrio, ni se manchó un solo muro", aseveró el Mandatario. "En el evento de ayer no hubo ni siquiera un golpeado, mucho menos un disparo o un mueble roto", enfatizó.
Bukele denunció que, "tristemente", en El Salvador "existen ciudadanos de primera y de segunda clase". "Nos convirtieron en el país más peligroso del mundo" dejando "decenas de miles de salvadoreños asesinados" con "armas compradas con dinero que salió de los partidos políticos", apuntó.
El Presidente salvadoreño estimó que "lo más triste es que muchos de los que los defienden no gozan de esos privilegios, no tienen escoltas, y probablemente hasta han sido víctimas de la delincuencia que los diputados no quieren combatir", pero "están tan acostumbrados a defender al patrón que ya ni se dan cuenta".
Al respecto, destacó que los diputados estuvieron doce horas sin guardaespaldas "y hasta pidieron intervención internacional por esa gravísima violación a sus derechos". "¿Y el 99 por ciento de los salvadoreños, que no tienen guardaespaldas? (...) ¿Por qué ellos no merecen seguridad?", planteó.
A pesar de esto, Bukele dice que confía en que "al final, cuando las aguas se calmen, quedará claro quiénes estamos luchando por el pueblo y quiénes no", ya que, "por el contrario, financian delincuentes, al mismo tiempo que bloquean los fondos para nuestros policías y nuestros soldados y para proteger a los salvadoreños", sentenció.
Crisis política
El Salvador se encuentra en una crisis política sin precedentes por la tensión entre Bukele y el Congreso controlado por la oposición, a raíz del plan del Gobierno de modernizar las instituciones de seguridad para combatir a las pandillas criminales.
Bukele, que llegó al cargo el 1 de junio, lanzó un Plan de Control Territorial, el que se llevará a cabo en tres fases con un costo de más de 575 millones de dólares. Ahora se disponía a iniciar la tercera fase, destinada a "modernizar" a las Fuerzas Armadas y la Policía, para lo cual necesitaba que el Congreso diera luz verde a un préstamo de 109 millones de dólares pre concedido por el Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE).
Sin embargo, los diputados se negaron en una votación celebrada el jueves. Tras ello, Bukele convocó para el domingo siguiente una sesión extraordinaria del Congreso, haciendo uso de un artículo, pero el Congreso consideró que la urgencia no era tal, por lo que la oposición avanzó que no iría.
El domingo, policías y militares fueron a buscar a sus casas a los diputados, pese a lo cual muchos rehusaron. La sesión se celebró con apenas una veintena de diputados y la presencia de las fuerzas de seguridad, fuertemente armadas, dentro y fuera del Congreso.
"Yo le pregunté a Dios y me dijo: Paciencia", dijo Bukele a sus seguidores. "Si estos sinvergüenzas no aprueban el Plan de Control Territorial, los volveremos a convocar el día domingo (...) Una semana más les vamos a dar", concluyó el Presidente en una rueda de prensa..
