La difusión de un video en el que aparece un policía arrojando al suelo a un adolescente aborigen en Sidney aumentó el malestar en Australia por el trato a los indígenas del país en medio de las protestas de solidaridad contra la muerte en Estados Unidos del afroamericano George Floyd.
La Policía del estado de Nueva Gales del Sur expresó este martes en un comunicado que "se han restringido las funciones al agente implicado mientras se realiza la investigación" y en paralelo se contactará a los líderes aborígenes y de la comunidad de la zona para mantenerlos informados del proceso.
El adolescente de 16 años fue detenido en el centro de Sidney tras presuntamente amenazar a un agente con romperle la mandíbula y éste se le acerca, de acuerdo a las imágenes grabadas con un móvil, le pone las manos en la espalda y le hace un barrido con la pierna para tirarlo al suelo y esposarlo.
La persona que graba el video le reclama: "Acabas de golpearlo en la cara, le duele".
El joven fue llevado a un hospital "con moretones en el hombro, cortes, rasguños en las rodillas, cara, codo y un diente descascarillado", dijo en Twitter Justin O'Brian, presidente de la Corporación Aborigen Gundjeihmi.
El incidente se da en un contexto de malestar en Australia, en donde se están organizando protestas por la muerte la semana pasada del afroamericano George Floyd, quien decía mientras que un policía blanco le presionaba el cuello: "No puedo respirar".
Esa misma frase la dijo David Dungay Jr, un joven aborigen de 26 años que falleció en 2015 en una prisión de Sidney mientras lo paralizaban cinco guardias.
La detención del joven se da en plena conmemoración de la Semana de la Reconciliación entre los australianos aborígenes, que conforman el 3% de una población de 24 millones de habitantes.
Pese a ser minoría, los indígenas representan el 29% de la población penitenciaria australiana adulta y el 48% de la juvenil.