Abiy Ahmed Ali se dirige a su país por televisión. | ReutersDos acontecimientos sucedieron el miércoles por la mañana: las comunicaciones fueron cortadas en la región de Tigray -ubicada en el norte y fuertemente armada- y Ahmed anunció el despliegue de tropas para responder un supuesto ataque por fuerzas de Tigray en una base militar en esa zona. Ambos bandos se han acusado mutuamente de haber iniciado las hostilidades.
La presión aumentó desde los dos lados el jueves. El ejército de Etiopía anunció que desplegaría tropas desde distintos puntos del país hacia Tigray, mientras que el líder de esa zona argumentó que aviones bombardearon partes de la capital regional. "Estamos preparados para ser mártires", aseguró. Se han reportado fallecidos en ambos bandos.
Algunos expertos han definido la confrontación como una guerra interestatal, con dos grandes contingentes, bien entrenados, con pocas señales de retroceder. Etiopía es uno de los países africanos con mayor armamento militar, y el Frente de Liberación Popular de Tigray (FLPT) dominó el ejército y el gobierno antes que Ahmed asumiera el poder en 2018. Tiene mucha experiencia en conflictos armados, por los años de guerra con Eritrea, país justo en la frontera con la región de Tigray. El International Crisis Group estima que las fuerzas paramilitares del FLPT y milicias locales, tienen cerca de 250.000 tropas.
Con las comunicaciones aún cortadas, es difícil verificar la versión de los acontecimientos que las dos partes han entregado.
Debretsion Gebremichael, presidente de la región de Tigray. | ReutersLa coalición gobernante de Etiopía nominó a Ahmed como Primer Ministro en 2018, para ayudar a calmar meses de protestas contra el gobierno. Ahmed rápidamente ganó reconocimento -y el premio Nobel- por abrir los espacios políticos y frenar las medidas represivas existentes en el país, que tiene unos 110 millones de habitantes y múltiples grupos étnicos. Pero el FLPT comenzó a sentirse marginalizado, por lo que el año pasado decidió retirarse de la coalición de gobierno.
El FLPT objeta el retraso de las elecciones etíopes, postergadas por la pandemia de coronavirus, y critica la extensión del período de gobierno de Ahmed. En septiembre, la región de Tigray votó en una elección local, que fue calificada como ilegal por el gobierno central de Etiopía. Posteriormente, el gobierno comenzó a redirigir fondos desde FLPT a los gobiernos locales, causando el enojo de los líderes de la región.
Este lunes, Debretsion Gebremichael, presidente de la región de Tigray, advirtió que podría surgir un sangriento conflicto.
El conflicto podría comenzar a expandirse a otras partes de Etiopía, ya que algunas regiones han estado solicitando mayor autonomía, mientras que la violencia étnica ha llevado al gobierno a restaurar algunas medidas como el arresto de personas críticas.
Al dirigirse sobre esos temores, el subjefe del ejército de Etiopía, Birhanu Jula, dijo el jueves sobre Tigray que "la guerra terminará ahí".
Algunos gobiernos y expertos han hecho llamados urgentes al diálogo sobre Tigray, pero un diplomático occidental en la capital Addis Ababa, dijo que "el mensaje de los etíopes es que, si hablas de diálogo equivales a ambas partes, pero 'este es un gobierno legítimo y ese es un grupo rebelde'". El objetivo puesto por Etiopía es aplastar al FLPT, según dijo el diplomático en condición de anonimato, y esta postura deja poco espacio para una negociación.
El FLPT dijo, antes de comenzar las hostilidades, que no estaba interesado en negociar con el gobierno federal, y ha solicitado la libertad de líderes prisioneros como una condición para iniciar conversaciones. Un diálogo inclusivo debe ocurrir, dicen observadores, pero un comunicado del Instituto por la Paz de EE.UU. advirtió que no tendría frutos "mientras muchos de los líderes políticos más prominentes sigan en prisión".
Imagen de la represa en el Nilo Azul que construye Etiopía. | APPocas regiones del mundo son más vulnerables que el Cuerno de África. Entre los vecinos de Etiopía están Somalia -donde fuerzas etiopías se estarían retirando para volver a casa- y Sudán, que experimenta su propia transición política. Eritrea ha mostrado pocas señales de abrirse tras alcanzar la paz con Etiopía en 2018, y su gobierno no se lleva bien con la región de Tigray. Por tanto, una región de África que la que Ahmed había sido clave para tener aires de paz, ahora está en riesgo.
Observadores advierten que el conflicto podría penetrar a estos países y otros no tan lejos de uno de los puntos militares críticos de África, la pequeña nación de Djibouti, donde varios poderes globales como Estados Unidos y China tienen sus únicas bases militares del continente. El Cuerno de África también está próximo a Yemen y el resto de la península árabe.
Etiopía también había estado atrayendo preocupación por su disputa con Egipto por una represa que está a punto de completarse en el Nilo Azul. Aunque ha existido preocupación de una posible acción militar, "pensaría que Egipto es un actor suficientemente responsable para entender que la fragmentación de Etiopía es dañina para la seguridad regional", advirtió esta semana el ex diplomático estadounidense Payton Knopf, asesor del Instuto de la Paz de Estados Unidos.