Pero una agitada ciudadanía y una fuerte convulsión social, que pedían la renuncia inmediata de Merino, fueron fuertemente reprimidas por las policías, hecho que terminó con la muerte de dos estudiantes la noche del sábado y que conllevó una seguidilla de renuncias en el gobierno.
En esos cinco días, Merino anunció un gabinete de ministros principalmente de la derecha conservadora, presionados por el malestar ciudadano y un proceso electoral fijado para sólo cinco meses más, en las elecciones generales de abril.
Pero las bancadas del Congreso -que apoyó firmemente la destitución de Vizcarra con 105 votos de 130, y también respaldaron a Merino-, comenzaron prontamente a criticar su gobierno, incluso pidiendo su renuncia. Hasta el vicepresidente del Parlamento, Luis Valdez, quien le puso la banda presidencial días antes, pidió su dimisión.
Esto, sumando a la renuncia de 13 de sus 19 ministros tras la violencia policial y la muerte de dos protestantes, hicieron que el domingo Merino estuviera prácticamente solo y sin respaldo.
Divisiones internas
Otro efecto colateral del fracasado mandato de Merino, además del cansancio y molestia de los peruanos frente a la clase política, fue el quiebre dentro de su partido político, Acción Popular (AP), lo cual ya se evidenciaba con los votos fraccionados de su bancada.
Manuel Merino no solo resultó ser el tercer presidente del país en la historia del partido, sino también el que llevó, probablemente, uno de los tropiezos más costosos.
Incluso, de los cuatro precandidatos a la presidencia por AP, tres están evaluando su renuncia al proceso. Algunos dirigentes, en tanto, opinan que el partido no debería presentar un candidato presidencial en las próximas elecciones.
En opinión del politólogo Carlos Meléndez, el paso de Merino por la presidencia tendrá un costo importante en el prestigio de su partido, el cual se podría ver reflejado en las próximas elecciones de abril.
"Acción Popular había mantenido un prestigio de tradición democrática con Fernando Belaunde y Valentín Paniagua, que ahora se degrada con Merino. Yo creo que queda muy desprestigiado no solo de cara a las elecciones, sino como símbolo partidario", señaló a El Comercio.
El pasado viernes 13 de noviembre, Merino solicitó licencia a su militancia en AP hasta el 28 de julio de 2021, fecha oficial de cambio de mando previsto tras las elecciones de abril.
Mientras, el prestigio de Acción Popular se fundaba en ser el partido en funcionamiento que durante mayor tiempo ocupó el poder de manera democrática.