Las elecciones del 4 de abril dieron lugar a un Parlamento muy fragmentado, sin que ninguna de las seis formaciones que consiguieron una presencia obtuviera la mayoría necesaria para gobernar en solitario.
Ese hemiciclo sobrevivió apenas un mes. Tras fracasar tres intentos de formar un Gobierno, se disolvió la Cámara y se convocaron nuevas elecciones.
El 12 de mayo asumió funciones un Ejecutivo técnico y provisional encabezado por el exgeneral Stefan Yanev, encargado de gestionar el país más pobre de la Unión Europea (UE) hasta la formación de un nuevo gabinete tras las legislativas anticipadas.
Tres partidos nuevos, forjados o reforzados por la ola de manifestaciones anticorrupción del año pasado, y que se presentan como alternativa a la elite ante un electorado harto de un sistema dominado por una oligarquía corrupta, lograron en abril superar el umbral necesario para entrar en el Parlamento.
El más exitoso de ellos es el populista "Existe tal Pueblo", del cantante y presentador de televisión Slavi Trifonov, que con el 17% de los votos quedó segundo, solo por detrás del GERB, relegando al opositor Partido Socialista Búlgaro (BSP) al tercer lugar.
Trifonov está dispuesto a aliarse con los otros dos "novatos", a saber, el conservador "Bulgaria Democrática" (9,5 %) y el centroizquierdista "¡Levántate Bulgaria! ¡Mafiosos Fuera!" (4,8 %), pero no con los "tradicionales".
Esa postura marca una clara línea divisoria difícil de superar. Aunque con el 26 % de los votos quedó en primer lugar, el GERB se vio aislado por la negativa de los demás a unirse a él.
Los sondeos pronostican un empate técnico entre el GERB y "Existe tal pueblo": Gallup International Balkan ha vaticinado cerca del 21 % de los votos para cada uno, mientras que Market Links veía, a una semana del voto, una ventaja de menos de un punto a favor del partido de Borisov.
Ni Borisov ni Trifonov se presentan como candidatos a primer ministro, aunque está claro que ambos son y seguirán siendo el "hombre fuerte" de su partido.
Se desconoce quién podrá ser nombrado en el cargo si Trifonov logra formar gobierno, mientras que el candidato oficial del GERB es su vicepresidente, Daniel Mitov.
El riesgo es que la situación estancada se eternice. La configuración del nuevo Parlamento será la misma que en abril, lo que significa que la formación del Gobierno será de nuevo tarea problemática", vaticina Dimitar Ganev, cofundador de la agencia demoscópica Trend.
Pese a todo, Ganev sí vislumbra una salida: si se mantiene hasta último momento la tendencia alcista en la intención del voto de "los nuevos", éstos podrían obtener juntos una mayoría ajustada.
Más escéptico es el politólogo Parvan Simeonov, al estimar probable que los tres antisistema tengan que pactar con alguno de los "viejos", que serían, o bien los socialistas o el Movimiento de Derechos y Libertades, la formación de la minoría turca.
El Ejecutivo provisional ha añadido leña al auge del movimiento anticorrupción, pues denuncia casi a diario nuevos escándalos que implican a sus antecesores, incluidos casos de compra de votos.
Con lo que se encontraron los "técnicos" tras acceder al poder es, según su jefe (Yanev), "corrupción camuflada en forma legal, un caos, un lío sistemático y falta de reglas".
Estados Unidos ha inclinado aún más la balanza en la misma dirección al anunciar el 2 de junio sanciones económicas a tres búlgaros y su entramado empresarial, por corrupción. Esa fue la primera vez que Washington sanciona a ciudadanos de un país de la UE.
Para Simeonov, estas sanciones y el hartazgo de participar en elecciones explican la pérdida de popularidad del GERB