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Termina el ciclo: Los complicados días en que EE.UU. puso fin a 20 años de presencia militar en Afganistán

El operativo norteamericano se realizó en medio de un ambiente tenso y violento, marcado por la rápida llegada de los talibanes al poder y la desesperación de miles de afganos por salir de su país.

31 de Agosto de 2021 | 08:00 | Redactado por Ramón Jara A., Emol/AFP
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AP
No sin problemas, Estados Unidos puso fin el lunes a dos décadas de presencia militar en Afganistán, un hecho que marca el desenlace de la guerra más larga librada por el país norteamericano. Atrás quedan miles de muertos, negociaciones varias y una salida que propició la llegada de los talibanes al poder, los mismos que fueron expulsados en 2001.

Y no han sido días tranquilos en la nación asiática. Desde que el Presidente Joe Biden confirmara en abril el retiro definitivo de las tropas estadounidenses, tal como lo había acordado su antecesor, Donald Trump, los talibanes fueron tomando terreno, hasta llegar a la capital Kabul, quedándose nuevamente con el poder.

Esto generó un caos y una desesperación brutal en mucha de la población afgana, que llegó en masa al aeropuerto de la ciudad para intentar salir del país en medio de los operativos realizados tanto por EE.UU. como por sus aliados de la OTAN.

Eso hasta ayer, cuando el Pentágono confirmó la salida del último soldado estadounidense, dejando al país en una situación bastante complicada y con muchos ciudadanos sin poder salir, con el miedo latente de lo que será la nueva administración talibán.

De las negociaciones al anuncio

Primero, hay que retroceder un poco en el tiempo y llegar a 2018, cuando el gobierno del entonces Presidente Donald Trump y representantes de los talibanes abrieron con absoluta discreción negociaciones en Doha con la mirada puesta en la retirada de las tropas estadounidenses.

A cambio, Washington pide a los talibanes que no permitan que el país se convierta en santuario para grupos yihadistas.

Finalmente, el 29 de febrero de 2020 ambas partes firmaron un histórico acuerdo en Doha, Qatar, en el que se prevé una retirada completa de las tropas extranjeras para mayo de 2021 y los talibanes se comprometen a negociar con el gobierno afgano y a reducir los actos violentos.

Así, comenzaron las primeras negociaciones de paz directas entre los insurgentes y el Gobierno afgano, aunque la violencia continuaba y se multiplicaban los atentados contra periodistas, jueces, médicos y miembros de la sociedad civil.

Regreso al poder de los talibanes

El 1 de mayo, se inició de manera oficial la partida de los últimos 2.500 soldados estadounidenses y 7.000 de la OTAN.

Mientras, estallaban combates entre los talibanes y el Ejército afgano en el sur. En el norte, los insurgentes conquistaban el distrito de Burka, provincia de Baghlan.

A mediados de mayo, las tropas estadounidenses se retiraban de la base aérea de Kandahar.

Semanas después, el 2 de julio, ocurría un hecho icónico: las tropas de la OTAN y Estados Unidos se retiraron de la base aérea de Bagram, la más grande de Afganistán.

Seis días después, el Presidente Joe Biden anunciaba que la retirada de las tropas "concluirá el 31 de agosto", adelantándose a la fecha original del 11 de septiembre, cuando se cumplan 20 años del atentado a las Torres Gemelas.

El avance talibán ya se hacía prácticamente inevitable. Al día siguiente del anuncio del Mandatario estadounidense, los insurgentes decían controlar el 85% del territorio afgano, lo que el gobierno local desmentía.

Poco más de un mes después, y mientras avanzaba el plan de retirada estadounidense, que incluía a militares y ciudadanos afganos que colaboraron con Washington en estos 20 años, los talibanes tomaban el control de Kabul el 15 de agosto y entraron sin violencia en el palacio presidencial.

La caída de Kabul provocó el pánico en la capital. Miles de personas acudieron al aeropuerto, con la esperanza de poder huir, mientras los países occidentales organizaban la evacuación de sus ciudadanos y de personas bajo su protección.

Fue en eso que ocurrió una de las peores tragedias del último tiempo. El pasado jueves 26 de agosto, un ataque explosivo en el aeropuerto capitalino dejó más de 200 heridos y 183 muertos, entre ellos 13 soldados estadounidenses. El atentado fue adjudicado por el grupo Estado Islámico, reviviendo el temor de que, con la llegada de los talibanes, puedan reflotar estos movimientos yihadistas, desestabilizando aún más el panorama.

Los días siguientes fueron de ataques y respuestas entre el Estado Islámico y Estados Unidos. Finalmente, la noche del 30 de agosto, el último avión de transporte militar despegó de Kabul, dejando Afganistán nuevamente bajo control talibán tras la guerra más larga en la historia del país norteamericano.
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