Veinte personas han recibido cargos, pero sólo 14 de ellas estarán presentes en el juicio. El principal procesado es Salah Abdeslam, quien desechó su vehículo y un chaleco con explosivos esa fatídica jornada, y finalmente huyó para esconderse en su natal Bruselas. Cinco de las seis personas juzgadas en ausencia se presumen muertas, mientras que el paradero de un hombre es aún desconocido.
La mayoría de los acusados encaran sentencias máximas de presidio perpetuo si son condenados por su complicidad en los ataques. Sólo Abdeslam es acusado directamente de asesinato.
Este es el juicio más grande en la historia de Francia. Entre los demandantes están casi 1.800 víctimas, incluyendo sobrevivientes que sufrieron daños físicos o psicológicos, además de familias cuyos seres queridos fueron asesinados esa noche. Un total de 330 abogados trabajan en el juicio entre ambas partes.
La moderna sala penal donde se desarrollará el juicio, fue construida dentro del Palacio de la Justicia de París, un edificio que data del siglo XIII, y donde María Antonieta y Émile Zola fueron enjuiciados, entre otras figuras históricas. La cámara, que incluye enormes pantallas, puede albergar a 550 personas, 12 acusados y 10 cámaras. Múltiples salas contiguas tendrán una transmisión en vivo del proceso.
Por primera vez, las víctimas también tendrán un enlace seguro de audio para escuchar el juicio desde sus casas si es que lo desean, aunque con un retraso de 30 minutos.
El juicio se espera que demore nueve meses. Septiembre será dedicado en exponer la evidencia policial y forense. En octubre se escucharán los testimonios de las víctimas. De noviembre a diciembre, distintas autoridades -entre las que se cuentan el ex Presidente Francois Hollande- testificarán, así como también parientes de quienes cometieron los ataques.
Entre enero y marzo de 2022, los acusados serán interrogados siguiendo la cronología de los eventos, desde la preparación de los ataques hasta sus consecuencias. Abdeslam en particular será interrogado en múltiples ocasiones.
Ya en abril, los expertos ofrecerán evaluaciones psicológicas. Los argumentos finales serán desarrollados en mayo, mientras que el veredicto se espera para finales de ese mes.
El tribunal está en la isla ubicada al centro de París, la isla de la Cité. Todo el tráfico de vehículos e incluso de peatones, será bloqueado para la mayoría de las calles cercanas y en las orillas del río Sena. Habrá ingresos diferidos para las distintas partes del caso, que serán registradas cada vez que ingresen al edificio y en múltiples puntos de chequeo.
Los procedimientos diarios comenzarán a las 12:30 de la tarde, para evitar tener que registrarlos a todos nuevamente después de una pausa para almorzar.
Ninguno de los procedimientos será televisado o retransmitido al público, pero sí será registrado para propósitos de archivo. Los videos no serán accesibles para el público general.
La grabación de videos dentro de las cortes francesas es ilegal y sólo se han hecho excepciones en un puñado de casos, considerados de valor histórico. El juicio por los ataques del 2015 será el 13° en la historia del país que sí sea registrado. En el pasado, Francia ha grabado para archivo los juicios de autoridades nazis y colaboradores, incluyendo Klaus Barbie; autoridades de Rwanda vinculadas al genocidio de los Tutsi; y figuras vinculadas a la dictadura de Augusto Pinochet en Chile.
Los juicios más recientes que sí fueron grabados ocurrieron el año pasado, como fue el caso por los ataques al periódico Charlie Hebdo en París y un supermercado kosher en enero de 2015.