"No respetar los principios de distinción y proporcionalidad podría constituir un crimen de guerra", señalaron desde la ONU.
AP/ Referencial
La Oficina de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (ONU), denunció que al menos 108 civiles han muerto en enero, en presuntos bombardeos de la Fuerza Aérea etíope en la región de Tigré y advirtió que estos ataques "desproporcionados" podrían constituir crímenes de guerra.
Acorde con el organismo, en el peor de estos ataques, en los que también se registraron al menos 75 heridos, un total de 59 personas fallecieron en el presunto bombardero hacia un campo el pasado 7 de enero, según indicó en una conferencia de prensa la portavoz de la ONU, Liz Throssell.
Además, otras 17 personas murieron y 21 resultaron heridas, en su mayoría mujeres, en un ataque al parecer perpetrado por un dron contra un molino de cereales, y también se han registrado incidentes de este tipo contra centros educativos y vehículos de transporte privado, denunció la portavoz. Todo esto en medio de la guerra civil que afecta al país por el conflicto de Tigray.
"Las autoridades etíopes y sus aliados deben garantizar la protección de civiles", declaró Throssell, quien insistió en que antes de que este tipo de acciones se lleven a cabo "debe verificarse si los objetivos son militares, abortando el ataque si se comprueba que no lo son o que las consecuencias serán desproporcionadas".
"No respetar los principios de distinción y proporcionalidad podría constituir un crimen de guerra", recordó Throssell, quien también expresó la preocupación de la ONU por las continuas detenciones en Etiopía en el contexto del actual estado de emergencia.
"Damos la bienvenida a la reciente liberación de destacados individuos, entre ellos figuras clave de la oposición que llevaban detenidas varios meses, pero seguimos preocupados por los cientos de personas que siguen privadas de libertad en pésimas condiciones y sin acceso a una revisión judicial", denunció.
