Dmytro Kuleba, ministro ucraniano de Relaciones Exteriores.
Reuters
El Gobierno de Ucrania pidió este domingo a Rusia retirar sus tropas de la frontera y continuar el diálogo con los países occidentales si está dispuesto "seriamente" a una desescalada de las tensiones que surgen de los temores de una invasión.
"Rusia debe continuar con su compromiso diplomático y retirar las fuerzas militares desplegadas en la frontera con Ucrania y en los territorios temporalmente ocupados de Ucrania", afirmó el ministro ucraniano de Relaciones Exteriores, Dmytro Kuleba, en un mensaje difundido a través de sus redes sociales.
Moscú ha desplegado más de 100.000 soldados y armamento pesado en la frontera con Ucrania, según los países occidentales, que temen que el Kremlin lleve a cabo una incursión militar en el país vecino. Rusia niega que tenga intención de invadir Ucrania e insiste en que no quiere una guerra, sólo busca garantías de Estados Unidos y la OTAN para su seguridad.
Pese a ello, Ucrania ha instado a los países occidentales a la "firmeza y la vigilancia" ante Rusia, después de que el Presidente de Estados Unidos, Joe Biden, mantuviera la presión sobre su homólogo ruso, Vladimir Putin, al anunciar un pequeño envío de tropas a Europa oriental.
A lo anterior se suma que senadores demócratas y republicanos de Estados Unidos están cerca de llegar a un acuerdo sobre un paquete de sanciones destinado a castigar a Rusia si decide agredir a Ucrania. Así lo adelantaron este domingo en una entrevista conjunta en CNN, el presidente del comité de Exteriores del Senado, el demócrata Bob Menéndez, y Jim Risch, el republicano de mayor rango en esa comisión.
La iniciativa propone excluir a Rusia del consorcio de transacciones Swift, que es la base del sistema financiero global porque lo usan 11.000 bancos en 200 países o territorios para poder hacer transferencias. Además, recoge sanciones a las industrias extractivas rusas y propone actuar contra los grandes bancos rusos e incluso contra el Fondo de Inversión Directa de Rusia (FIDR), que cataliza la inversión en los sectores más importantes para la economía rusa.
También incluye un aumento de la asistencia de seguridad a Ucrania, sanciones contra el gasoducto Nord Stream 2, represalias contra el Gobierno ruso y los oligarcas del país, así como mayores restricciones en el acceso de instituciones estadounidenses al mercado de la deuda soberana rusa.
Rusia, por su parte, sigue negando cualquier intención de invadir el país vecino, pero exige garantías para su seguridad ante su inquietud por la expansión de la OTAN desde la caída de la URSS.