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Un centenar de listas cerradas y cuotas religiosas: Cómo funcionan las elecciones de este domingo en el Líbano

Más de cuatro millones de personas podrán participar del proceso electoral para escoger a los 128 legisladores que tendrán el mandato de escoger al nuevo Presidente, un Parlamento que debe tener igual representación musulmana y cristiana.

14 de Mayo de 2022 | 08:28 | EFE / Equipo Multimedia Emol
Los libaneses escogen este domingo, a través de un complejo sistema de listas cerradas y cuotas religiosas, a los 128 legisladores que conformarán el Parlamento durante los próximos cuatro años, un mandato que incluirá el nombramiento directo de un nuevo Presidente de la República este mismo 2022 y la ratificación del próximo Gobierno.

Estas son las principales claves para entender el funcionamiento del sistema electoral libanés y la importancia de la cita, para la que están llamadas a las urnas casi 4 millones de personas:

  • ¿Cómo votan los libaneses?

    De acuerdo con el procedimiento en vigor, el electorado libanés solo puede apoyar una de las listas cerradas que se presentan por su circunscripción, en muchos casos un conjunto de candidatos independientes o miembros de partidos de distinto signo que se alían bajo un mismo techo con intereses puntuales.

    De forma opcional, el elector puede adjudicar también un "voto preferencial" a uno de los postulantes de la lista por la que ha votado.

    A estos comicios concurren alrededor de un centenar de listas en los distintos distritos electorales, un total de 15, a su vez subdivididos en demarcaciones administrativas más pequeñas.

    Un complejo sistema de cálculo determinará, en base al número de votos obtenido por cada lista, cuántos de los asientos asignados a la circunscripción irán a parar a cada grupo y dichos escaños se repartirán entre los candidatos con más papeletas "preferenciales" dentro de las mismas.

  • ¿En qué consisten las cuotas religiosas?

    Afiches de Sayyed Hassan Nasrallah, líder de Hezbolá, en la antesala de las elecciones. | Reuters

    Otro importante factor afecta también al reparto, que debe hacerse respetando la distribución confesional establecida para el Parlamento de este país fuertemente condicionado por las divisiones sectarias.

    La Cámara debe tener representación cristiana y musulmana en partes iguales, mientras que cada uno de los 18 subgrupos religiosos reconocidos tendrán un número de asientos proporcional a la demografía libanesa.

    Ningún censo oficial ha sido realizado de forma reciente, en parte porque la distribución confesional es un asunto altamente sensible, pero se estima que en la actualidad cerca del 60% de la población libanesa profesa alguna variante el islam y alrededor de un 40% se categoriza como cristiana.

    La adjudicación igualitaria de escaños entre las dos grandes religiones llegó tras la guerra civil (1975-1990), antes de la cuál los cristianos tenían asignada una representación ligeramente superior pese a que la población musulmana había crecido a lo largo de los años hasta superar su número.

  • ¿Quién vela por la transparencia?

    En un país donde es raro el partido que no ha sido acusado de comprar votos o infringir las normativas relativas a la financiación de campañas, la tarea de vigilar el gasto electoral o la cobertura mediática recae sobre la Comisión Supervisora para las Elecciones, un órgano formado por jueces, expertos y representantes de la sociedad civil.

    Además, se permiten observadores de organizaciones locales sin afiliación política y delegaciones gubernamentales extranjeras.

    Una misión de observación de la Unión Europea (UE) desplegará el domingo en el Líbano a cerca de 150 personas, mientras que un grupo central de diez expertos electorales se encargará de preparar un informe preliminar que presentará dos días después de la votación y otro final, previsto para unos meses más tarde.

  • ¿Por qué se temía que las elecciones fuesen pospuestas?

    EFE

    La implementación de la votación en el exterior el pasado fin de semana disipó los extendidos temores a que las elecciones fuesen pospuestas en el último momento, una posibilidad contra la que la comunidad internacional ha advertido reiteradamente en los últimos meses.

    La celebración de los comicios dentro del plazo constitucional ha sido una de las principales demandas de organismos y países, en algunos casos una condición para desbloquear ayudas financieras, después de que el Líbano registrase desde 2019 crisis políticas concatenadas impidiendo actuar para frenar la grave crisis económica.

    Las legislativas de 2018 debían haber tenido lugar en 2013, pero fueron pospuestas durante varios años debido a la falta de consenso sobre las reformas electorales y por motivos de seguridad.

  • ¿Por qué importan los resultados?

    El Legislativo que emane de las urnas el domingo tendrá el cometido de elegir al próximo Presidente de la República antes de que expire a finales de octubre el mandato del actual jefe de Estado, Michel Aoun, una decisión que requerirá una mayoría de dos tercios.

    Además, la Cámara se encargará de ratificar al próximo Gobierno una vez el presidente libanés proponga a un nuevo primer ministro, un nombramiento para el que debe llevar a cabo consultas parlamentarias con los distintos bloques.

    El Ejecutivo de Najib Mikati, que asumió sus funciones el pasado septiembre tras meses de desacuerdos sobre el reparto de carteras, tomó las riendas con la promesa de lidiar con la urgente situación económica de forma temporal hasta después de los comicios parlamentarios.

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