Bolsonaro y Lula: Cómo está la salud de los candidatos en Brasil y la campaña con la que han intentado "rejuvenecer" su imagen
Mientras el actual Presidente ha sido internado en diversas ocasiones por obstrucciones intestinales, el líder del PT sobrevivió a un cáncer de laringe y ya advirtió que, por su edad, si gana no buscará la reelección.
A pesar de sus problemas de salud, el Mandatario Jair Bolsonaro y el ex Presidente Luiz Inácio Lula da Silva están esforzándose al máximo para proyectar una imagen de vitalidad en la recta final de la extenuante campaña rumbo al balotaje de las presidenciales el 30 de octubre.
Ambos candidatos tienen antecedentes médicos que los aquejan, pero han intentado contrarrestar aquello con un intento de "rejuvecener" su imagen a través de redes sociales.
Jair Bolsonaro
Tiene 67 años.
Ha ingresado en varias ocasiones al hospital por obstrucciones intestinales.
Los brasileños lo han visto sufrir a lo largo de su mandato por las secuelas del apuñalamiento perpetrado por un hombre con trastorno delirante, que casi le cuesta la vida durante la campaña de septiembre de 2018, antes de su elección.
El ataque le alcanzó el intestino y lo condenó de por vida a sufrir obstrucciones digestivas y adherencias en los tejidos, que lo han llevado a ser internado varias veces.
La última fue en enero, cuando llamó a su médico y le dijo que estaba "llorando de dolor". "Me estoy muriendo, la cosa está fea", le dijo al cirujano Antonio Luiz Macedo, según confió el propio doctor a la prensa después de tratarle una obstrucción.
Bolsonaro pasó por seis cirugías desde 2018: cuatro por las secuelas del ataque, una vasectomía y un cálculo en la vejiga. Ha publicado fotos desde la cama del hospital y con una sonda nasogástrica.
Su hijo mayor, el senador Flávio Bolsonaro, dijo a CNN que su padre "tiene que renunciar a muchas cosas y seguir una restricción de dieta permanente". Pero según la prensa, el presidente ignora con frecuencia estas recomendaciones.
Durante la pandemia, afirmó que el coronavirus no lo doblegaría dado su "historial de atleta", en referencia a su destacado desempeño en educación física cuando cursaba la academia militar.
Cómo lo aborda en su campaña
Aunque es abuelo de tres nietos, es casi una década más joven que Lula, y ha intentado hacer gala de vitalidad durante su campaña.
El ex capitán del Ejército ha aparecido en público subido a un caballo, un toro, motos de agua y a menudo desfila en caravanas de motocicletas por el país.
Lula da Silva
76 años, cumplirá 77 justo antes de la votación.
Lula fumó durante 50 años y abandonó el cigarrillo en 2010, tras ser internado por hipertensión, a los 64.
En 2011, cuando dejó el poder, fue diagnosticado con cáncer de laringe y se sometió a quimioterapia y radioterapia. Los médicos anunciaron "una recuperación total" al año siguiente.
Tiene su voz extremadamente ronca, y por momentos le cuesta hacerse oír ante la multitud. "Voy a tener que dejar de hablar un mes para recuperarme", dijo en tono de broma.
Su voz cada vez más deteriorada hizo que algunos lo atacaran por su salud en la primera vuelta, en particular Ciro Gomes, su rival de centroizquierda en esa instancia. Posteriormente Gomes retiró sus declaraciones y admitió haber sido "muy duro" con Lula.
"¡Soy un joven comparado con Joe Biden!", bromeó Lula el año pasado, en referencia al presidente estadounidense, que ingresó a la Casa Blanca a los 78 años.
Pero el líder de la izquierda es consciente de que su edad no es una ventaja. "Todo el mundo sabe que tengo cuatro años para hacerlo todo", declaró durante la campaña, descartando inmediatamente un segundo mandato. "Un ciudadano no puede querer la reelección a los 81 años", agregó.
Cómo lo aborda en su campaña
Ha intentado "rejuvenecer su imagen", con videos en redes sociales haciendo ejercicio, tocando batería o enfrentando las olas en el mar. También dijo sentirse "enamorado como si tuviera 20 años" de Rosangela "Janja" da Silva, una socióloga de 56 con la que se casó en mayo pasado.
"Me pidieron rejuvenecer mi imagen en las redes sociales", justificó Lula, cuando cambió su foto de perfil por una con lentes de sol con cristales violetas, muy populares entre jóvenes de las favelas.
Se exhibió en Instagram levantando pesas, con una camiseta sin mangas que dejaba al descubierto sus bíceps contraídos: "Me levanto todas las mañanas a las 05:30 para hacer gimnasia. Quiero vivir hasta los 120 años", rezaba el texto que acompañaba la foto.
Durante los 580 días que pasó en prisión en Curitiba tras ser condenado por corrupción en el caso Lava Jato, Lula se mantuvo en forma corriendo 9 km diarios en una máquina de ejercicio, según declaró. Además, recibía tratamiento para la hipertensión y era acompañado por un oncólogo.