El extenso camino para elegir al Presidente de Brasil, marcado por una campaña polémica y hostil entre los principales candidatos, llegó este domingo a su fin, por lo que en breve se conocerá
si Jair Bolsonaro es reelegido como Mandatario o si Lula da Silva vuelve al poder luego de 11 años.
Esto, porque a las 17 horas comenzó el cierre de mesas en gran parte del país, para dar paso de inmediato al recuento de votos.
Los colegios electorales de Brasil abrieron sus puertas este domingo a las 8.00 hora local (misma hora en Chile). Poco después de eso, tanto Jair Bolsonaro como Lula da Silva emitieron su sufragio.
El actual Mandatario votó mostrándose optimista con conseguir un buen resultado y ser reelegido, pese a que la mayoría de las encuestas lo muestran por detrás en la carrera por la presidencia. "Si Dios quiere, saldremos victoriosos esta tarde. Mejor dicho: Brasil saldrá victorioso", dijo a periodistas tras sufragar con una camiseta amarilla en el barrio Vila Militar, zona oeste de Rio. "La expectativa es de victoria", añadió.
Lula por su parte también se mostró optimista de cara a los comicios, sufragando en las afueras de Sao Paulo y haciendo hincapié en que, más allá de los resultados, sea una jornada tranquila. "Estoy convencido de que el pueblo brasileño votará un proyecto en que la democracia vencerá", dijo el candidato opositor. Espero "que sea un día de paz", añadió tras emitir su voto vestido de blanco en Sao Bernardo do Campo.
En la primera vuelta, Lula, abanderado de un amplio frente progresista al que se han sumado fuerzas de centro y centroderecha, fue el candidato más votado con el 48,4 % de los votos, frente al 43,2 % que obtuvo Bolsonaro, capitán retirado del Ejército, de derecha radical y que aspira a un nuevo mandato de cuatro años.
Algo que marcó la jornada fue la denuncia de que retenes policiales habrían impedido que los electores ejercieran su derecho a voto obstaculizando el tránsito.
Sin embargo, el presidente del Tribunal Superior Electoral (TSE), Alexandre de Moraes, afirmó este domingo que eso no había ocurrido. "En algunos casos eso retardó la llegada de los electores, pero en ningún caso impidió que puedan votar", declaró el magistrado en una rueda de prensa.
Según la campaña del ex presidente Lula, esos retenes policiales fueron sobre todo en el noreste del país, el mayor fortín político del candidato progresista, lo cual fue documentado por numerosos videos que circularon en las redes sociales.
De Moraes conversó con la prensa tras una reunión con el director general de la Policía Federal de Carreteras, Silvinei Vasques, sobre quien dijo que le garantizó que las operaciones serían suspendidas y le aclaró que estaban centradas en asuntos vinculados al Código de Tránsito brasileño.
"Explicó que eran autobuses con problemas en los neumáticos, en las luces o con otras cosas contempladas en el Código de Tránsito", dijo De Moraes, quien insistió en que, aún en los casos de ómnibus fiscalizados, "ninguno fue retenido" y "todos los electores pudieron llegar a los centros de votación".
De todos modos, aclaró que el TSE investigará la situación y aseguró que, "si hubiera alguna responsabilidad" por parte de las autoridades policiales, se adoptarán "las medidas correspondientes".
