La
invasión de las calles de Madrid por parte de decenas de miles de manifestantes propalestinos que impidió la finalización de la tradicional
Vuelta ciclista a España el domingo generó una serie de críticas en el país europeo. Los cuestionamientos iban dirigidos principalmente al jefe de Gobierno local,
Pedro Sánchez, quien horas antes había manifestado públicamente su apoyo a estas movilizaciones que ocasionaron caos en la ciudad.
Pese al amplio dispositivo policial que se había desplegado en la capital, los manifestantes propalestinos lograron traspasar el perímetro de seguridad y ocupar la calzada, cortando diversos tramos del recorrido de la Vuelta en protesta por la participación del equipo ciclista Israel - Premier Tech.
Lo ocurrido el domingo vino a coronar la accidentada celebración del evento deportivo este año, que estuvo marcado por las manifestaciones en las diversas ciudades españolas por donde pasó la caravana. Ante la convocatoria de protestas se había desplegado
un dispositivo de 1.100 agentes, el mayor esfuerzo desde la celebración de la Cumbre de la OTAN en Madrid en 2022.
Los organizadores de la competición se consideran víctimas de las protestas. El director de la Vuelta, Javier Guillén, lamentó este lunes "la imagen" ofrecida con la cancelación de la última etapa por los incidentes causados por algunos de los manifestantes.
Los sucesos de Madrid estuvieron precedidos por las palabras de Pedro Sánchez, quien horas antes del fin de la competencia expresó su "reconocimiento y respeto absoluto a los deportistas", pero también su "admiración, a un pueblo como el español que se moviliza por causas justas, como la de Palestina".
"España hoy brilla como ejemplo y como orgullo, ejemplo ante una comunidad internacional donde ve cómo España da un paso al frente en la defensa de los derechos humanos", declaró el domingo en un acto del Partido Socialista en Málaga.
Críticas
Con esos antecedentes, florecieron las críticas contra Sánchez, quien ha criticado duramente a Israel por su rol en el conflicto en Gaza que ha dejado al menos 64.900 muertos. El canciller israelí, Gideon Saar, acusó directamente al Mandatario español de haber incitado las manifestaciones.
Por otro lado, la primera ministra danesa, Mette Frederiksen, acusó al líder socialista de "aplaudir a los vándalos". "Una carrera ciclista ha sido arruinada las últimas semanas por manifestantes y el deporte se convirtió en prisionero. Es un error. La democracia nos da a todos derecho a expresar nuestras opiniones. Pero el Parlamento de la calle no tiene nada que ver con la democracia, destruyen el deporte y, a la larga, la democracia", escribió en su cuenta de Facebook.
"Y aunque normalmente no mezclo deporte y política, hoy voy a hacer una excepción.
Mi colega español aplaudió ayer a los vándalos. No estoy nada de acuerdo. En su lugar quiero aplaudir a los atletas y a todos los que no estropean nada para el resto", agregó la Mandataria.
A nivel interno, los cuestionamientos tampoco se hicieron esperar. el líder del conservador Partido Popular (PP), Alberto Ñúñez Feijóo, acusó a Sánchez de practicar la "violencia política" por su actitud frente a las protestas de la Vuelta y le pidió que ponga fin al "circo".
A juicio del dirigente derechista, el presidente del Gobierno "alentó por la mañana una protesta que ya durante los últimos días había tomado tintes violentos" y "había puesto en riesgo la seguridad de los deportistas y de los equipos".
También la presidenta de la Comunidad de Madrid y líder del PP madrileño, Isabel Díaz Ayuso, responsabilizó al Gobierno de los disturbios por no desplegar, según dijo este lunes, suficientes agentes para contener a los manifestantes.
La defensa de Sánchez
Un día después de los sucesos, el Mandatario español mantuvo firme su postura y reafirmó su "profunda admiración por una sociedad civil española que se moviliza contra la injusticia".
"Nosotros, por supuesto que rechazamos siempre la violencia. Faltaría más. Lo hemos hecho siempre. Sentimos, como dije ayer, una profunda admiración y respeto por nuestros deportistas, por los ciclistas de la Vuelta ciclista a España", indicó el presidente del gobierno español, durante una intervención ante parlamentarios socialistas.
"Pero también sentimos un inmenso respeto, y una profunda admiración por una sociedad civil española que se moviliza contra la injusticia y defiende su idea de forma pacífica", agregó, en referencia a los manifestantes propalestinos.
En este sentido, Sánchez remarcó que "nuestra posición es clara y rotunda: hasta que no cese la barbarie, ni Rusia ni Israel deben estar en ninguna competición internacional".
Según el gobernante, este sentir lo comparte una inmensa mayoría de los ciudadanos, independientemente de lo que voten: "Da igual porque están en el sentido común, están en la defensa de los derechos humanos y el derecho internacional, que está siendo menoscabado por Rusia y por Israel".
Repercusión
La suspensión de la etapa final de la Vuelta a España es un hecho insólito que puede ser un precedente para alterar otras competiciones o concursos en el futuro donde participe Israel.
Ya está sobre la mesa el próximo Festival de Eurovisión, competición donde participa Israel desde 1973 pese a que no está geográficamente en Europa.
En este sentido, el ministro español de Cultura, Ernest Urtasun, aseguró hoy: "Si no logramos expulsar a Israel de Eurovisión, España no debe participar". "Los eventos culturales y deportivos no deben blanquear el genocidio". Postura que comparte la vicepresidenta segunda del Ejecutivo, Yolanda Díaz.
Ya el pasado viernes, la cadena pública neerlandesa AVROTROS anunció que no participará en el Festival de Eurovisión 2026 mientras Israel siga admitido en el certamen, al considerar incompatible su presencia, dada la tragedia humanitaria en Gaza, con los valores de "paz, igualdad y respeto" que, según la emisora, debe representar el concurso.
Por otra parte, el Festival de Flandes, en Gante (Bélgica), canceló un concierto de la Filarmónica de Munich que iba a ser dirigido por el israelí Lahav Shani, lo que desató una tormenta en Alemania.
En Barcelona, el grupo de izquierda Comuns (Comunes), que ostentó la alcaldía de la capital de 2015 a 2023, pidió al Gobierno catalán y al Ayuntamiento de Barcelona que soliciten al organizador del Mobile World Congress (MWC), uno de los eventos más importantes del mundo en su sector, que excluya a Israel de la edición que se celebrará en 2026 en la capital catalana.