Mario Rojas, El Mercurio (archivo)
SANTIAGO.- Exactamente a las 21:00 horas de este martes, a pocos metros de una barricada que impedía el acceso al complejo fronterizo Chacalluta (20 km al norte de Arica), medio centenar de transportistas chilenos decidieron terminar un paro de actividades y alzar el bloqueo de la Ruta 5 Norte, que se extendió por dos semanas.
En medio de una tormenta de arena y fuertes vientos que afectaron ayer a la comuna de Arica, y que provocaron cortes de luz y caídas de árboles, los camioneros esperaron el resultado de una sesión extraordinaria del
Congreso peruano en la cual se debía votar la derogación de millonarias multas aplicadas a transportistas de Chile, Perú, Bolivia, Brasil y Ecuador, punto central de la movilización.
Según consigna
"El Mercurio", los líderes del movimiento aseguran que en el caso de los transportistas nacionales el monto asciende a los US$ 10 millones, con 350 vehículos afectados.
Los 19 parlamentarios que sesionaron ayer aprobaron por unanimidad derogar las multas, pero se puso como condición para promulgar la ley que se debían reunir las firmas de otros 78 congresistas. En eso trabajaron intensamente parlamentarios, dirigentes de la Cámara de Comercio de Tacna, y el alcalde de la ciudad, Luis Torres.
La decisión de alzar el paro llegó una vez que los camioneros chilenos fueron informados por sus colegas tacneños. "Hemos decidido terminar el bloqueo, porque se nos confirmó que las multas serán derogadas", comentó el presidente de la Asociación de Camioneros de Arica.
De inmediato, los choferes comenzaron a mover sus máquinas estacionadas en la ruta que lleva a Chacalluta para permitir el tránsito de autos y buses. Durante el bloqueo, los viajeros debían caminar siete kilómetros para cruzar la frontera.
En Arica, la Cámara de Comercio cifró las pérdidas en más de US$ 5 millones, mientras que el alcalde de Tacna aseveró que la ciudad peruana fue la más afectada con esta movilización, con una merma de US$ 13 millones.
"Nos enteramos que el bloqueo había terminado cuando estábamos caminando a oscuras en la carretera. Ahora podré viajar con más tranquilidad entre Arica y Tacna. Yo me traslado todas las semanas porque tengo familia en Perú, no lo hago por turismo", dijo la ariqueña Janette Solís.
A pocos metros de distancia, junto a los camiones que comenzaban a moverse para regresar a Arica, José Zeballos, comerciante peruano que vende frutas y legumbres en una feria libre de Arica, explicó que "perdimos mucha plata con el paro, porque la mercadería la traigo de Tacna, en vehículo, una vez a la semana. Con el paro hacía este viaje a pie, dos o tres veces por semana. En vez de demorarme dos horas, incluyendo el trámite en la Aduana, me tomaba toda una tarde y parte de la noche".
