SANTIAGO.- Carlos Ominami afirma que en Chile se estableció "es la mala onda. Todo lo que se diga malo de una persona se cree. Lo que se diga de bien no se cree. La gente cree que estamos en un sistema lleno de abusos, aprovechamiento y corrupción y creo que es una visión distorsionada de la realidad".
En una entrevista a
"El Mercurio", el ex senador socialista, que en abril pasado fue sobreseído por la Corte de Apelaciones en el marco de la investigación por entrega de facturas falsas a SQM, cree que el país corre el peligro de convertirse en una "república de los jueces" como la Italia de principios de este siglo.
"Es difícil no pensar en la experiencia italiana, en que, sobre la base de una crítica demoledora al sistema, se rompió un esquema de partidos políticos que aparecía absolutamente sólido. Se estableció lo que se llamó la 'república de los jueces', que pueden hacer justicia pero no gobernar, y todo eso derivó en la decadencia italiana, que terminó con 12 años de Silvio Berlusconi", explica.
Respecto a quienes podrían ser "Berlusconi en Chile", manifiesta que "las personas son ellas y sus circunstancias. Sebastián Piñera tiene similitudes: es hombre de negocios que le gustan los medios de comunicación. Manuel José Ossandón puede tener ese perfil. No tiene canales de televisión, pero tiene soluciones simples para problemas difíciles".
Al preguntarle si cree que la investigación a Marco Enríquez-Ominami por SQM y el uso del avión brasileño, sepulta sus opciones presidenciales, aseguró que "a nadie lo favorece eso, pero no lo sepulta".
"Es muy importante que la situación se clarifique y me parece que Marco ha sido objeto de un tratamiento injusto que no se les ha dado a otras personas y que es muy importante que la justicia tiene que tomar una decisión rápida. Me parece que es muy delicado, en que estamos llegando a una fase en que los jueces se han creado una situación en que pueden determinar quién va a ser candidato presidencial y quién no. Pueden tener a alguien en capilla, o amenazado de ser formalizado y no formalizarlo nunca", enfatizó.
"Le puede pasar a Sebastián Piñera. Estamos llegando a un punto en que se ha producido una judicialización de la política y en que prácticamente la mitad del Senado está bajo investigación u objeto de la sospecha, estamos en la mitad. Y la judicialización de la política conduce inexorablemente a la politización de la justicia. Y los fiscales están para hacer justicia y no para gobernar los países. Las repúblicas de los jueces terminan mal. Es lo que ocurrió en Italia y Brasil", añadió el ex ministro.
-Pero la justicia debe investigar cuando hay denuncias de irregularidades.
Ominami también apuntó que "cuando los fiscales buscan mucho protagonismo y reflexionar ante la opinión pública que van a hacer una cosa y al día siguiente no la hacen porque pensaron de otra manera. No es normal, no es parte de una justicia republicana. La formalización es una garantía procesal para un imputado, pero aquí se ha actuado de una manera en que la formalización equivale a una condena".
Y agregó: "Hay un cierto vacío institucional que se produce porque tenemos un gobierno débil, que en materia de justicia no es capaz de decir que hay cosas que se pueden hacer y otras no. No he escuchado nunca un comentario desde el Ministerio de Justicia que diga que no es posible que se filtren las declaraciones".
¿Pero eso no puede interpretarse como una presión? "No, porque garantizar el secreto de las declaraciones es parte de un debido proceso. No culpo a los fiscales, culpo a la institucionalidad política que ha creado un vacío. Esto termina en la república de los jueces", respondió.
