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Pitronello y bombazo a sucursal bancaria: "Fue una pendejada, una tontera"

El último informe evolutivo de Gendarmería asegura que el joven, condenado a seis años de libertad vigilada, tomó distancia de los grupos anarquistas y que el hecho en cuestión fue trascendental en su decisión.

24 de Julio de 2016 | 09:02 | Por Andrea González, Emol
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Pitronello el día que conoció su condena.

El Mercurio / Archivo
SANTIAGO.- El último informe evolutivo semestral realizado por Gendarmería de Chile a Luciano Pitronello Schuffeneger concluyó que el joven de 27 años, condenado a seis años de libertad vigilada por colocación de bombas, "tomó distancia de pares vinculados a movimientos anarquistas", detallando que el hecho que le provocó las lesiones graves que mantiene hasta hoy, "fue trascendental en su decisión".

De acuerdo análisis al que accedió Emol -enviado al Séptimo Juzgado de Garantía de Santiago el pasado 8 de julio- Pitronello expresa un sentimiento de "abandono y ataque por parte de algunos integrantes de movimientos anarquistas en el cual participaba" y por ello "el sujeto tiende a privilegiar el aislamiento al sentirse constantemente reprochado por las personas que lo reconocen".

Lo anterior, debido a que es atormentado "por el enjuiciamiento público, el cual se va reforzando a través de las redes sociales cada vez que su delito es expuesto ante la opinión pública".

Sin embargo, de acuerdo al control, Pitronello "tiende a minimizar las consecuencias" del delito por el cual fue sentenciado en 2012, refiriéndose al hecho como "una pendejada, una tontera".

El informe agrega además que no se observan indicadores que pudiesen ser peligrosos para una reincidencia, pero sí aún se aprecia "la mantención de un pensamiento crítico sobre el estado actual de la sociedad".

Por último, detalla que desde marzo pasado el condenado vive en Buin junto a su padre -ya que debió entregar el inmueble que arrendaba en Pudahuel- y que no ha podido retomar sus estudios debido a los problemas asociados a su salud física "incompatibles con la mantención de estudios en jornada vespertina".

Luciano Pitronello fue condenado en 2012 a seis años de libertad vigilada luego de ser declarado culpable por el Cuarto Tribunal Oral en lo Penal de los delitos de colocación de artefacto explosivo y daños respecto del bombazo que afectó a una sucursal del banco Santander el 1 de junio de 2011, cuya detonación le provocó la pérdida de su mano derecha y varios dedos de la izquierda.

Dichas lesiones le obligaron, incluso, a tramitar una pensión de invalidez con el fin de obtener beneficios debido a su condición.

Actualmente, el joven trabaja de manera informal en la empresa de su hermano junto a su padre.
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